Capítulo 3

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Solía ver a Arisa de la mano de su padre, cuando salía de la academia, cuando volvía de una misión, no importaba si tuviera 12 o 4 ella siempre corría a los brazos de su papá.

La familia de Arisa solo se basaba en el, sin embargo es señor Yua nunca fue shinobi, tenía una panadería en la aldea, ella provenía de una larga línea de panaderos.

Jo Yua un hombre alto, con los brazos bien trabajados, cabello un poco quebrado pelinaranja a la altura de su barbilla, su rostro era marcado, una nariz despingada y afilada, cejas definidas pero muy pobladas, así como unos ojos que eran el mismo mar, siempre utilizaba ropa obscura, todo lo contrario a su hija, y aún que siempre su mirada desbordaba amabilidad, misterio y bondad, su figura imponía demasiado, solía ser un hombre muy popular entre las mujeres, sin embargo solo una mujer se pudo convertir en la madrastra de Arisa.

Lo poco que sabíamos de la madre biológica de Arisa es que en cuanto la dio a luz la abandonó,  el hombre solía tener su panadería en la aldea de la lluvia, pero había existido un ataque años atrás lo cual provocó que Arisa perdiera la vista, en ese mismo ataque conoció a quien fue su madrastra, Tsunade Senju una de las mejores kunoichis que Konoha tiene quedó perdidamente enamorado de un hombre completamente opuesto a ella.

Jo solía ser calma todo lo contrario a su esposa la cual era explosiva, nunca se había visto a la mujer más imponente así de enamorada, miraba a Jo con completa adoración, y este a ella, incluso aunque Arisa no tuviera sangre Senju, Tsunade la amaba, se podía ver a Arisa haciendo pasteles con los dos, riendo y aún que Tsunade solo se mostraba fría, elegante, y su postura desborda fortaleza y seguridad, con su familia es una mujer completamente cálida.

Antes del ataque ella salió a una misión, y parece que al volver encontró a su esposo muerto, el pilar, el hombre al que más amaban las mujeres de Yua lo perdieron en un parpadeo.

Recuerdo que Arisa tenía una alianza con los Hyuga y Uchiha a cambio de proteger a su padre y a los Maito, no se cómo Arisa actúe, considerando que a perdido a el primer hombre que amo, se que aún se mantiene cuerda por su nuevo "hijo" Naruto el hijo de nuestros maestros.

Mantengo esos pensamientos mientras alejo a la pelinaranja de los vidrios de la taza acercándola a mí, donde la recuesto en mi pecho, sus lágrimas fluyen y sollozos continúan, yo la abrazo acariciando levemente su cabello.

Mientras la sostengo recuerdo la primera vez que nos besamos...

Arisa corría de la mano con Guy, ambos con una corona de flores en su cabeza directo a mi, mi padre había muerto hace meses y me sentía muy solo, cuando ellos llegaron a mi, Arisa de su espalda saco otra corona de flores y me la coloco.

—Ooooi Kakashi, tengamos una competencia— Arisa río mientras acariciaba a Pakkun, últimamente explotaba a mí invocación para entrenar.

Ella se preocupaba por ambos, le dejo comida en un traste, al igual que con el par de perros junto a mi, sin duda Arisa era un sol, y no creo merecer a ese sol.

La batalla con Guy fue un piedra papel y tijera, el cuál perdió Guy.

—Justo lo que se esperaría de mi gran rival, pero hagámoslo más interesante el ganador de llevará un beso de la linda Arisa— Arisa jugaba con los perros ignorando la situación.

Yo tan solo asentí a lo que Guy sonrió en grande —Siempre supe que Arisa te gustaba— susurro cuando acababa de vencerlo otra vez en ese pequeño juego.

Guy empezó a reír escandalosamente y se acercó a mi — No le digas que aposté eso o me matará, tómalo como un regalo — y sin previo aviso desapareció corriendo.

Recuerdo que en ese momento estaba realmente nervioso, ¿ y si Arisa me rechaza? Eran de las preguntas que rondaban en mi cabeza así como de las afirmaciones que ella lucía muy linda con  los perros Shinobi, en ese momento nosé de dónde saque valor para hacer lo que hice.

Me senté en el pasto junto a ella y Pakkun el cuál estaba recostado dejándose dar cosquillas en el estómago.

— Son muy adorables, deberías darles recesos— menciono despreocupada, a lo Pakkun me mandó una mirada de muerte.

—Lo consideraré...— baje mi máscara, nadie estaba y por supuesto Arisa no podía ver.

Cuando ella volteo su rostro para volver a hablarme de frente junte sus labios con los míos, ella abrió los ojos un poco por la sorpresa, para después colocar su mano en mi rostro juntando más nuestros labios.

Sin duda fue un beso inexperto los movimientos de ambos eran torpes, sin embargo el amor que desbordaba ese momento era puro.

Era el primer beso de ambos, y aún que no estaba seguro si ella me correspondería, todos mis miedos se fueron cuando ella tocó mi rostro con mucho cariño.

Ambos nos queríamos fuera de la amistad desde entonces, pero después de la muerte de Rin me considere peligroso para tener a alguien junto a mi, y la alejé, sus labores la alejaron también de toda nuestra generación, siempre creí que había conseguido apagar esa pequeña llama que ardía dentro cuando estaba a su lado, sin embargo el anhelo y necesidad fueron más grandes.

Ella fue a lo único a lo que aferre cuando lo perdí todo, justo ahora como sus manos se aferran a mis brazos, tiene miedo a enfrentar a el mundo sin su padre, con un hijo, y en una paz imperfecta en la que aún vivimos, conozco muy bien cosas de ella, teme por todos alumnos, Naruto, su futuro, sus amigos, su equipo, Guy.

Pero muchas veces en este mundo tan incierto, lleno de dolor y perdidas, la esperanza no hace aferrarnos a la más mínima luz que aparezca.


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"𝐴𝑧𝑎𝑙𝑒𝑎" 𝐍𝐚𝐫𝐮𝐭𝐨, 𝐍𝐚𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐒𝐡𝐢𝐩𝐩𝐮𝐝𝐞𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora