HER ✔

20

—Entonces se enojo porque dejaste a su hijo con él y viniste aquí, en resumen, ¿o no?

Asentí con mi cabeza en su pecho.

—No me importa lo que piense, le dije que solo es el padre de mi hijo pero que no tiene que cuestionar nada de mí vida. No voy a soportar sus celos estúpidos.—admití.

—Eso solo confirma una cosa, Lev.

—¿Qué cosa?—pregunto mirándolo.

—Que aún siente algo por ti, eso es seguro.

—Pero tú sabes que yo ya no siento nada por él. Será el padre de mi hijo y ya, no quiero saber nada de él, ni siquiera me interesa como amigo.

Había dejado de sentir hace mucho tiempo cosas por él, yo ya no quería seguir en ese pozo así que decidí borrarlo comenzando por el tatuaje y después poco a poco todos los momentos que pasamos juntos. Deje todo en sus hombros, me recuperé y curé de todo el daño, aunque algunas cosas no pude controlar, ya no siento nada por él. Y quizás algún día pueda perdonarlo, quizás.

—Eso lo sé, pero mientras no le digas las cosas como son él seguirá pensando que tiene el camino libre para conquistarte. Ya sabes que él no cree que lo nuestro es verdadero.

—Tienes razón.—le doy un pequeño beso—Tendré que hablar con él después de todo.

—Lo harás.—me da otro beso.—Ahora ven a darme muchos besitos, quiero besarte todo el tiempo.

Tomé la iniciativa de besarlo mientras me siento en su regazo, las manos de él fueron a mi cintura, creo que esa ducha no sirvió para nada igual me voy a ensuciar. Bajo mis besos hasta su cuello y pectorales, sigo la línea de su abdomen hasta llegar al borde de sus pantalones y lo miro, sonríe igual lo hago yo.

—No aquí.—lo miro sin entender.

—¿Dónde si no? ¿En la cocina? ¿Tal vez en la bañera? Hay muchos lugares donde puedo...—pregunto coqueta pasando mis manos por sus muslos.

—En mi cama.—sujeta mis manos, para que las ponga alrededor de su cuello, y se levanta  conmigo del sofá.

—Nuestra cama querrás decir.

Lucas asiente subiendo las escaleras conmigo encima.

Lo siguiente que veo es su habitación, siento en mi espalda el colchón y lo suave de sus sábanas, muerdo mi labio inferior cuando una de sus manos va al borde de mi pijama y toca mi abdomen subiendo hasta mis pechos apretando en el proceso. Sus labios tocan la piel de mi cuello, dándome muchos besos, sube hasta mis labios, me deja sin aliento.

Mi cuerpo empieza a temblar cuando me saca la pijama dejándome solo en bragas, ha pasado un tiempo desde que estuve con un hombre. Su mirada me come por completo, me siento nerviosa, como si no me sintiera suficiente para estar con él. Lo miro tímida, me siento en la cama para besarlo.

Cierro mis ojos cuando una de sus manos acaricia mi pelvis, su toque me pone la piel sensible, se me antoja demasiado que me toque más allá.

Mis manos tocan su esculpido cuerpo, sintiendo su piel tersa, cada uno de sus músculos, y por último sus mejillas, miro sus ojos y sonrío.

—Quiero sentirme tuya, Lucas. Por favor.—pido en un susurro.

Su mirada brilla, el deseo y la lujuria en sus ojos me hacen saber que lo quiere tanto o más que yo, vuelve a besarme apasionado, transmitiendo muchas cosas en el beso y no puedo evitar sentirme eufórica.

El doctor me hace acostar de nuevo sobre mi espalda, abre mis piernas con una de sus manos para meterse en medio haciéndome saber lo empalmado que está logro bajar su pantalón, ver más allá de lo que nunca vi en todos este tiempo, sin duda es majestuoso. Muy grande, grueso y venudo.