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—¡Lucas!—grito desde el armario, no se que ha pasado, el cierre del vestido no quiere subir y necesito ayuda, bendita la hora que elegí usar este vestido.

Mi hombre aparece rápidamente en la habitación donde estoy, va de smoking gris a su medida, y su corbata es azul como mi vestido, en combinación.

—¿Pasa algo?—me mira estudiando mi cuerpo, niego con la cabeza.—No me llames así nunca más, pensé que te había pasado algo.—dice respirando mejor.

Achino mis ojos dándole una sonrisa tierna, me pongo de espaldas y le muestro mi pequeño problema.

—¿Me subes el cierre?—lo miro por el espejo, mi hombre asiente subiendome el cierre y en el proceso aprovecha para recorrer mi cuerpo con sus manos.—Lucas.—advierto, sonríe dándome un beso en el hombro.—¿Dónde está nuestro bebé?

—Abajo, lo dejé con Rosie.

Se acerca a darme un beso en los labios, sus manos no se quedan quietas y me apretan el trasero, sonrío en medio del beso. Me calzo los zapatos y sujeto mi bolsa, con mi mano libre sujeto su brazo para bajar las escaleras.

Es la boda de mamá, finalmente va a unir su vida con la de Sam para ser felices, estoy muy contenta. El vestido de Alisa es uno que confeccione precisamente para ella, fue una mezcla de los vestidos que dibuje para ella.

Mi hombre me ayuda a bajar del auto cuando llegamos a la mansión donde se realizara la ceremonia, la mayoría de los invitados ya han llegado, veo a Sam, Axel, papá y Ed hablando a gusto en un rincón de la casa, a estos se les une mis dos hombres. Voy subiendo las escaleras para ir en busca de mi madre, la encuentro en su habitación junto a Keny, Jenny, Alexa, Marina y Nicole, está última se ha hecho muy unidas a nosotras, es muy amable y gentil, nos cae de maravilla a todos en la familia. Las saludo ayudando a mamá con su velo de novia, la miro sumamente preciosa.

—Maravillosa, mamá, te ves radiante.—digo tomándola de las manos.

Miro a las chicas vestidas con el mismo modelo de vestido, pero de deferente color ya que somos damas.

—No sabes lo feliz que estoy, Lev.—ella mira hacia arriba tratando de no llorar y yo hago lo mismo, no es momento de andar derramando lágrimas, sé que son lágrimas de felicidad.

Ambas bajamos las escaleras, nos posicionamos en la entrada, ya que todos los invitados están en sus sillas, y ya han hecho su entrada. Sam esta esperando por mí madre al final del pasillo y a a lado mi papá quien es su padrino. Mi pequeño Jack es el encargado de los anillos.

Derramar lágrimas estos días ha sido como un deporte para mí, cada palabra dicha por el abogado ha sido mágico y llenas de amor dirigidos a ellos dos, se declararon su amor y finalmente se unieron para siempre en matrimonio.

Después de unos minutos más todos nos metimos a la casa para ayudar a mi madre con su otro vestido de novia para la fiesta.

—Hola.—siento un abrazo por la espalda, me giro a darle un beso e  los labios, Axel tiene a Jack junto a Nicole en el jardín, puedo relajarme un poco.

—¿Te sientes bien, mi amor?—le pregunto acariciando su mejilla.

—Debería preguntarte yo.—sujeta mi cintura.—Quiero que nuestra boda sea mejor que todo esto.

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