"¿Qué rayos había hecho?", era el pensamiento que se repetía una y otra vez en su cabeza desde el día anterior.
No pudo dormir en toda la noche pensando en que le había confesado sus sentimientos a su jefe. E incluso lo beso.
—Demonios... maldición —decía la chica caminando de un lado hacia el otro para intentar calmarse.
¿Por qué no se limito a seguir su plan y simplemente mudarse al otro proyecto sin escándalos?
Pero no, acabo cediendo a su corazón y lo hecho todo a perder.
¿Cómo podría ver a Ben a la cara?
¡Él incluso tenia novia! Y ella lo había besado...
"Soy una tonta", se decía mientras dejaba salir un suspiro.
*Ding dong
Tocaban al timbre.
Seguramente sería el técnico que había llamado para que le arreglara la lavadora; por estar concentrada en el tema del cambio de proyecto, había dejado varias cosas de su casa sin cuidado y como resultado su electrodoméstico se había estropeado. Así que sin dejar de pensar mucho en lo sucedido el día anterior en la oficina, se dirigió hacia la puerta.
—Hola —saludo su jefe de pie frente a ella.
Nora se quedo de piedra ante aquel invitado tan imprevisto; intento cerrar la puerta, pero el castaño lo evito con sus manos.
—Espera... quiero hablar contigo.
—No tengo nada que hablar —dijo ella empujando, pero finalmente se rindió ante la evidente diferencia de fuerza entre ambos.
—¿Puedo pasar? —pregunto del otro lado de la puerta.
—No tengo otra opción—dijo ella de espaldas.
El castaño cerro la puerta, y de inmediato se sintió la tensión entre los dos como si un gran peso les hubiera caído encima.
Nora no quería enfrentarlo, pero no tenía opción, estaba detrás de ella.
—Si vienes por lo que paso ayer... lo siento, Ben. Discúlpame por haberte abordado de esa manera. No volveré a hacer algo así.
—Te equivocas, no vengo por eso Nora.
—¿Entonces?
—Solo quería que habláramos y quedáramos como antes.
—No creo que eso pase. Al menos que tengas un aparato para volver en el tiempo y cambiar todo lo que hice... de paso me ayudaría a no sentirme tan avergonzada.
—Exactamente por eso es que tenemos que hablar: Nora, no pienso irme de aquí hasta que no saques de tu cabeza que lo que paso entre nosotros fue algo que te deba apenarte. No te rechace porque seas menos, o no valgas la pena; al contrario, eres una de las mujeres más hermosas que he conocido en mi vida, inteligente y con una forma de ser increíble...
ESTÁS LEYENDO
La debilidad del jefe
RomanceBenjamin Hansen es el jefe de las pesadillas de todos sus empleados... de todos menos de la analista de IA, Nora Cortez. Mientras para los demás no tiene más que gritos y ordenes, a ella le regalaría incluso el cielo si pudiera; perdidamente enamora...