El jefe tiene una favorita en la oficina

13.9K 439 34
                                    

—¡Ya estoy harto! ¡Ahora si me van a escuchar!

Apenas se abrió la puerta los gritos inundaron toda la oficina; ninguno de los empleados fue capaz de decir palabra alguna, más al contrario, el terror en sus cuerpos les impedía siquiera respirar muy fuerte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apenas se abrió la puerta los gritos inundaron toda la oficina; ninguno de los empleados fue capaz de decir palabra alguna, más al contrario, el terror en sus cuerpos les impedía siquiera respirar muy fuerte.

En aquel momento incluso hacer contacto con el jefe terminaría en una fatalidad hacia el desgraciado empleado.

—Les di una fecha de entrega, ¿y que hicieron? ¡Lo fastidiaron todo! Pero las cosas no se quedarán así; somos una empresa profesional, y sea como sea ese adelanto saldrá hoy. ¿¡Me oyeron!? ¡Asi se queden sin comer y salgan hasta la media noche!

Apenas termino de dar aquel sermón a todo pulmón, Benjamin Hansen entro a su oficina privada, no sin antes azotar la puerta a tal punto que los ahí presentes pensaron que el cristal se rompería por el fuerte golpe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apenas termino de dar aquel sermón a todo pulmón, Benjamin Hansen entro a su oficina privada, no sin antes azotar la puerta a tal punto que los ahí presentes pensaron que el cristal se rompería por el fuerte golpe.

Tuvieron que pasar algunos cuantos segundos para que los empleados recuperaran la respiración tras aquella incomoda, pero ya usual escena en las instalaciones de desarrollo de GAEX games.

—Nos van a despedir a todos...— comenzó a llorar un desconsolado Abraham mientras Daniel le daba palmaditas en la espalda.

—Tranquilo, tranquilo. Ya sabes cómo se pone Ben, no le des mucha importancia.

—Eso lo dices porque tu entregaste tu trabajo a tiempo, Dany— esta vez fue Samuel quien tomo la palabra mientras su pierna no dejaba de temblar y castañeaba los dientes.

—Es que en serio, ¿Por qué dejaron todo hasta el final? Si ya sabían como es nuestro jefecito, ¿Cómo se les ocurrió irse de fiesta ayer?

Abraham que ya había parado el llanto, ahora que se estaba limpiando la nariz volvió a tomar la palabra.

—Es fácil de decirlo para ti, ya tienes pareja. Pero nosotros... ¿Sabes lo difícil que es conseguir una cita con una chica linda en esta empresa? Prácticamente imposible; el noventa por ciento de las personas aquí somos hombres... y la única mujer linda ya esta ocupada porque Ben le hecho el ojo...— al decir eso, el programador se detuvo como si el cielo se hubiera iluminado.

La debilidad del jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora