Antes de entrar al edificio, se revisó bien el cabello en un cristal e intento aplacar un poco unos mechones que se le habían desacomodado por el viento.
Estaba contento porque ese día era su cumpleaños, y recibiría al menos un abrazo voluntario por parte de Nora.
"Nora", pensó con agrado para sus adentros.
Amaba decir, pensar y hasta escribir su nombre; estaba loco por ella, no podía negarlo. Podía perderse todo el día mirándola trabajar, no necesitaba nada más para sentirse feliz. Bueno, tal vez si... un beso suyo. Pero eso llegaría con el tiempo, sabia que no podía ser el único en sentir algo asi, tan intenso. Ese amor por ella seria correspondido en algún momento.
Cuando alguien estaba tan enamorado de otra persona, tarde o temprano todo confabulaba para que aquel romance se concretara. Y prueba de eso, es que todos sabían de sus sentimientos por ella: ya todo el edificio sabía que Nora era su debilidad.
Aquella famosa escena que hizo frente a las personas de su oficina no le dieron consecuencias en Recursos Humanos, pero si se corrió la voz sobre lo sucedido en todos los demás pisos de la empresa. Aún asi, no le importaba lo que dijeran; solo existía una persona en ese lugar cuya opinión era invaluable para él.
Por eso mismo, es que estaba decidido para volver a intentar ganarse su corazón. Y no se rendiría hasta lograr su cometido.
Además, las cosas le era más sencillas aún; Giuseppe se había largado, dejándole el camino libre.
"Que ingenuo", rio para sus adentros.
Prefirió irse para perseguir un buen trabajo, teniendo algo mejor en Noruega: a Nora. Pero mejor para él, asi podía ser más directo con ella y más activo en su plan de conquistarla.
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La debilidad del jefe
RomanceBenjamin Hansen es el jefe de las pesadillas de todos sus empleados... de todos menos de la analista de IA, Nora Cortez. Mientras para los demás no tiene más que gritos y ordenes, a ella le regalaría incluso el cielo si pudiera; perdidamente enamora...