Estaba hecho.
Ben se casaría con su novia.
Una lagrima cayo por su mejilla, y no creyó tener más fuerzas para soportarlo; dio la media vuelta y movida por el dolor que sentía en ese momento, decidió salir lo antes posible de ahí.
Sin embargo, y para su mala suerte, en su torpe marcha choco con Joe y le tiro el vaso que llevaba en la mano por accidente; producto del incidente, todos se giraron a mirarla y con más razones, salió bruscamente del restaurant.
—Nora, ¿estas bien? — pregunto el pelinegro corriendo tras ella, sin embargo, la joven no respondió y se limito a buscar sus llaves en el bolso.
No obstante, y debido a la mezcla de sentimientos que estaba experimentando, todo lo que tomaba se le salía de las manos por el temblor de estas; Joe se dio cuenta, y se agacho con ella para recoger las cosas que estaban en el suelo.
—Nora, te vez muy angustiada. ¿Puedo ayudarte con algo? — le pregunto, pero ella no contestaba, sino que se limitaba a seguir intentando meter las cosas en su bolso.
No quería que la viera así, no quería que nadie la viera así.
Sentía como si una espada le hubiera atravesado el pecho; se le dificultaba respirar, la garganta la tenia cerrada y estaba haciendo un esfuerzo titánico para que las lagrimas acumuladas en sus ojos no se desbordaran como un rio. Pero tener ahí a Joe no le hacía más fácil el escape.
Además, así como él había ido tras ella, otra persona podría haber pensado lo mismo y lo que menos quería hacer era un escándalo.
Después de todo, era la noche de Ben y su novia.
Aquel pensamiento hizo que sintiera una punzada de dolor, cosa que la hizo apretar las llaves con bastante fuerza en un intento por liberar la tensión; no obstante, lo único que logro fue clavárselas tan fuerte que comenzó a sangrar.
—¡Nora! ¿Qué haces? Espera... te ayudo— se ofreció, y abriéndosela, le quito las llaves de la mano —¿Qué estas haciendo?
—Solo... solo quiero irme— dijo la joven en un hilo de voz.
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La debilidad del jefe
RomanceBenjamin Hansen es el jefe de las pesadillas de todos sus empleados... de todos menos de la analista de IA, Nora Cortez. Mientras para los demás no tiene más que gritos y ordenes, a ella le regalaría incluso el cielo si pudiera; perdidamente enamora...