– Si mueves la almohada te saco un ojo.– Ya, ya, duerme.
Ya eran las dos de la mañana, Jimin había convencido a Yoongi para dejarlo dormir ahí, de paso le robó el único juego de pijama, y había hecho una barrera impenetrable con una almohada entre sus cuerpos, la cagada era que la cama era de una plaza, entonces la almohada tomaba más espacio que sus propios cuerpos.
– Me voy a caer.
– El piso está limpio si eso te preocupa.
Y así se durmieron, a plena madrugada, compartiendo la cama con una almohada de por medio. La barrera duró, pero a la mañana siguiente ya no.
Yoongi se las había arreglado para subirse al pecho de Jimin, y este lo abrazaba con las patas, todo recontra bonito, pero Jimin no se había cepillado los dientes, de modo que a Yoongi le llegaba ese aroma de aliento mañanero, amargo.
Y como el mayor no podía respirar por la nariz gracias a la peste, había empezado a babear mucho sobre el pecho de Jimin, ya que el pijama que le había prestado le quedaba muy ajustado, de modo que se dejó los últimos dos botones sin cerrar. Bañadito ya.
El primero en despertar había sido Ñingi, pero durante las mañanas siempre estaba medio drogado, así que enterró más su nariz en la panza del Jimin, olía a Ace del caro, glamour. Como el cuerpo bajo suyo estaba tan calentito, suavito y olía rico, se abrazó a este bien bien fuerte, haciendo despertar al q'ullu del Jimin.
Don jailongués despertó y se cagó, el chico encima suyo estaba tan cómodo y tierno que le dio rabia, ¿quién se creía ese cholo?
Prácticamente lo tiró a la cama, se levantó, estiró e hizo al orejas de pescado con las quejas de Ñingi.
– Estaba cómodo, ¡oe!
– Buenos días.— Jimin iba sacando el poleron de Yoongi que había robado.— Date vuelta, me voy a cambiar.
– Pero yo también soy hombre, no tienes nada que yo no tenga.
– No quiero humillarte, ¡no mires mierda!
– Ya, ya.
Jimin iba agarrando sus cosas para vestirse sin darse cuenta de que Yoongi sí lo miraba, pero haciéndose al que no.
– ¿En serio tienes un bóxer de Marvel?
– ¡DIJE QUE NO MIRARAS!
– Iremos de compras, ¿cómo puedes seguir usando chones de wawa? Hoseok te puede ayudar, el sabe bien dónde ir a conseguir ropa decente.
– No pedí tu opinión.
Jimin hecho al indignado por el insulto a su mejor bóxer, se iba subiendo el pantalón, cuando la prenda estaba por subir sus nalgas, sintió la MANOTA de Yoongi golpearle el cachete izquierdo inferior. Pero no fue una nalgada de esas que te hacen decir "Nya~", fue literalmente un puñete.
– ¡¿Oye qué te pasa?!— gritó la loca, mientras ponía sus manos para proteger a sus nenis.
– Jimin, era grande, eso es sinónimo de importancia, se merecía un saludo de bros.
– ¿Qué?
– ¡Yoongi! Ya llegué.
– Oh no, mi mamá.
– ¿Quieres con paté, mantequilla, o dulce de guayaba?
– Eh... Guayaba.
– Mamá, yo también quiero dulce.
La señora mamá había llegado para obligar a los dos menores a desayunar, y como quería quedar bien compró leche en polvo y dulces de guayaba, de frutilla y durazno.
Como Jimin tiene gusto delicado decidió tomar una taza de leche en polvo con grumos de leche por no mezclar bien y galletas con dulce. Desayuno fit.
Yoongi se fue por algo más humilde, un sándwich de huevo, mortadela, lechuga, mayonesa, ketchup, mostaza y llajwa, con una taza de café con leche y para no engordar mucho le quitó la lechuga a su sandwich.
El desayuno transcurrió tranquilo, y Jimin se sorprendió de lo mucho que charlaban Jeongyeon y su hijo, en su casa era de mala educación empezar a comer sin agradecer a papá Jesús por la comida que compraron del súper, después de orar era comer calladitos a no ser que su mamá o papá la preguntaran algo.
Esto de la pobreza era algo mágico, tanto Yoongi como Jeongyeon podían hablar, interrumpirse cuando se emocionaba y sobre todo.
– Mamá ¿puedo llevar al Jimin a su casa? Viste que es gil y no sabe tomar el micro.
– ¿No abrirás tu puesto? Por mí andá nomas.
– Después de que le deje voy al taller.
Yoongi pedía permiso para salir, Jimin en cambio solo anunciaba que saldría, a donde iría, pedía dinero y decía que volvería a tal hora, claro que nunca mentía para que sus padres le tuviesen confianza. Y san se acabó, podia mandarse a jalar.
– Puedes pasar si quieres.
– ¿Tu papá ya no vive aquí?
– No, hace casi un mes que ya se fue.
– Mira vos.
– ¿Vas a entrar o no? Para que lo cierre la puerta.
– Vamos a tu cuarto.
Subieron las gradas hacia la habitación, Yoongi iba admirando como la casa estaba vacía, la mayor parte de los cuadros que había visto la única vez que entró se habían ido, y los muebles que quedaron eran aburridos, en la escala de los grises. Una cagada minimalista.
Entraron a la pieza del Jimin y Ñingi aprovechó de cobrar venganza, esculcando en sus cosas.
– No encontrarás nada turbio, no te ilusiones.
– ¡Ajá! Tu libro de venganzas.
– Es un binder idiota.
– ...
– ...
– ¿Eres trans? Te apoyo, pero no uses un binder apretado, te puede hacer daño.
– ¿Qué? Es un binder para photocards, colecciono a Hyunjin, mira.
– Ah creí que-... No nada, ¡a ver!
– ¡Con amor carajo! Esa vaina se daña.
– ¿Por qué tienes fotos de un chino?
– Es coreano, y porque me hace feliz. Chequea es de los wan direcshion.
– ¿No se habían separado?
– Cállate.
Así pasaron el tiempo, Jimin explicándole a Yoongi por qué los una erección estarían juntos para siempre en su corazón, y puteandolo cada que no trataba bonito a sus photocards.
Cuando llegó la hora de irse, Yoongi robó unas mandarinas de la cocina y fue a decirle a Jimin que había visto una rata llevarse un pedazo de pan. Iba tragando su frutita favorita cuando escuchó a Jimin gritarle a una chica que pusiera más veneno en las frutas.
Yoongi terminó con una diarrea galopante y se sanó a base de manzana verde, mate de manzanilla, mocochinchi y mucho toddy con leche con pan y mantequilla.
Pero hubo final feliz porque hasta Jimin fue a verlo en su casita para darle un paracetamol. Que vivan los noviecitos.
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Jailita
Fiksi PenggemarJimin jaila y Yoongi cholo. Una historia enemies to lovers muy gei. Jimin un día rompe la pantalla de su Iphone, y su abuela lo manda donde un jóven hacker que sabe instalar Corazón de Melón con PA's ilimitados, sin saber que éste lo estafaría y lu...