Cap. 12

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– Será en su casa.

– No conozco a nadie, me aburriré.

– ¿Y yo? Dale, Jimin, no te vas a morir.

– ... Bueno.

– Soy chambelán, ¿quieres acompañarnos a recoger el traje?

– No, prefiero ir a comprar uno para mí.

– Egoísta.

El primo de Yoongi iba a tener su quince y como su mamá había elegido a los pajes, casi todos los primos y primas habían sido reclutados. Jungkook de hecho era su primis favorito, era el hijastro de su tío en realidad, pero toda la familia lo quería muchito.

El día de la fiesta Jimin no tenía ni puta idea de cómo ponerse la corbata, aumentando que hacía un frío de perros y tampoco sabía como ir abrigadito pero bonito

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El día de la fiesta Jimin no tenía ni puta idea de cómo ponerse la corbata, aumentando que hacía un frío de perros y tampoco sabía como ir abrigadito pero bonito.

Así que llamó a Yoongi para preguntar si era obligatorio ir de gala, este obviamente lo mandó a cagar. "Vení a mi casa sino, te ayudo" habían sido las palabras de Min Ñingi.

Cuando tocó la puerta de la casita esperó un montón, otra vez, y cuando por fin la puerta se abrió vió a su amigui en chones con las patas a medio depilar.

– Hola.

– Hola...

– ¿Vas a pasar?

– Sí, creo.

Yoongi terminó por prestarle una chaqueta de su ropero, y aún siendo la más grande que tenía, que hasta le quedaba grande por las mangas, al Jimin le quedaba un poco antes que la muñeca.

– Tus brazos de orangután pueden presumir bien mi chaqueta, te la regalo ¿ya?

– Ya... Me gusta, ¿de qué marca es?

– No sé, pero la compré en la... Lady Asunt's

– ¿Por dónde queda?

– En el mercado campesino, al lado de la zona de mascotas.

– ¿Hay una tienda con ropa de marca en ese mercaducho? No debí juzgarlo tan rápido.

– Gil, ¿en serio me creíste? La tienda es de una tal doña Asunta y es ropa usada, de muerto ¿ubicas?

– Ah... ¿Iremos a comprar calzones ahí?

– Tal vez. ¡Ya vístete mierda, vamos a llegar tarde!

– Pero si aquí nadie conoce la puntualidad.

– Pero tenemos que practicar la bailongueada pues, soy damo.

Prácticamente, Yoongi agarró a patadas a Jimin para que salieran rápido, y con el frío de mierda tomaron un taxi que pagaron mita'mita.

Al llegar a la fiesta, y como dijo Jimin, no había casi nadie, unos cuantos invitados del agasajado, lo que sí todos los damos y chambelanas estaban ahí. Entre ellos.

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