Capítulo 17.

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Valentina

―Oí que tuviste una visita familiar ayer. ―Mencionó Craig mientras cargaba cajas hasta el camión.

―No es de tu incumbencia. ―Dije sin detenerme y continuando con mi trabajo.

―Dominic me lo dijo. ―Me tensé ante su revelación. ―Él me pidió que averiguara al respecto, pero tomando en cuenta como me fue la última vez decidí mentir y decir que era un viejo amigo.

―¿Por qué harías eso? ―Me detuve cogiéndolo por el brazo.

―Pues porque ya no quiero problemas Carvajal. Además, mientras más desconfíe Dominic de ti, más rápido desaparecerás de aquí. ―Me dio una sonrisa algo triunfare y lo solté con brusquedad.

―Pues entonces mantente alejado de mí y mis malditos problemas. ―Rugí entre dientes antes de darme la vuelta para salir de allí.

Necesitaba un poco de aire para relajarme. Más bien necesitaba ver a Juliana otra vez. En cuanto aparqué frente a la academia quise dejar la camioneta y caminar hasta el interior del lugar buscar a la morena y sacarla a rastras de allí para llevarla junto a mí. Pero no podía hacer algo así, al menos no frente a tantas personas. Las puertas del lugar fueron abiertas por un grupo de chicos el cual se disipó rápidamente hacia ambos lados de la calle y seguido de ellos el resto de los bailarines comenzó a salir hacia el exterior. Entre ellos estaba Juliana junto a aquella morena quien nos había visto el día anterior en los baños del lugar.

Sus ojos fueron a parar de inmediato hasta a mí y ella entendió la señal que le di con las luces delanteras del vehículo, corrió a paso apresurado hasta la camioneta y sin decir nada se adentró de inmediato en el lado del copiloto.

―¿Vienes conmigo? ―Pregunté algo dudosa rogando porque dijese que sí.

―Sólo arranca. ―Contestó desviando su mirada hasta la chica en la acera quien miraba en todas las direcciones intentando buscarla.

―Tal vez deberías avisarle a tu amiga donde te encuentras. No quiero ser perseguida por la ley una vez más. ―Bromeé y ella asintió tomando su teléfono para enviar un mensaje. ―De verdad necesitaba verte.

―También yo. ―Respondió de inmediato mirándome a los ojos y estirando su mano para acariciar mi mejilla sorprendiéndome. ―Debemos ser discretas Valentina. Si Ethan se entera de esto probablemente me encierre y a ti te persiga.

―Lo tengo controlado cariño. ―Asegure mientras me dirigía a mi apartamento en la ciudad. ―Volveremos a donde todo inicio, pero esta vez prometo que los recuerdos serán mejores. ―Cogí su mano y dejé un beso en el dorso de ésta.

Jamás había tenido este tipo de gestos por nadie durante toda mi vida, pero el estar junto a ella impulsaba todo aquella amabilidad y cariño que se albergaba en el fondo de mi corazón hacia el exterior. Y entonces allí estábamos de nuevo sobre las sábanas de mi cama que minutos antes habían estado intactas con ella retorciéndose jadeante bajo mi cuerpo mientras me fundía en su interior una y otra vez sin descanso. Demostrándole así cuanto la había necesitado sin la necesidad de ser ruda con ella. Todo era silencio, jadeos y placer en aquel momento acompañados de una atmósfera llena de extraños sentimientos los cuales había estado descubriendo desde que la conocía.

―Valentina. ―Gimió en mi oído encendiéndome por completo.

―¿Te das cuenta de esto Juls? No es sólo sexo, no es sólo una follada que olvidaré por la mañana. ―Hable contra la piel de su oído erizándola y sacándole otro gemido entrecortado. ―Es mucho más que eso. Te tengo bebé. ―Dije en cuanto pude sentir su orgasmo avecinarse tomando sus manos entre las mías y dejándola reposar sobre su cabeza. ―Te tengo.

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