Capítulo 15.

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Valentina

―No tiene que demostrarte nada porque no te quedarás aquí. ―Interrumpí al hombre de traje que estaba a punto de hablar.

―No has hecho todo bien después de todo Craig ―dijo Valdés dando una mirada severa al moreno quien me observaba ofuscado ―pero si es la mano derecha de mi viejo amigo, ¿Valentina, no es así?

―Carvajal para ti. ―Conteste en cuanto estuve junto a la morena ―larguémonos de aquí Juliana.

―¿Qué haces aquí? ―Preguntó algo extrañada.

―Evitando que cometas un grave error al confiar en él. No sabes lo que en realidad busca. ―Me estaba impacientando.

―Tampoco sabía lo que buscabas y sin embargo he terminado enrollándome con una criminal ―apreté mi mandíbula ante sus palabras ―es mi padre.

―Por favor, no lo has visto en años. No lo conoces de nada ―insistí esta vez cogiéndola por el brazo con delicadeza ―sólo vámonos. Si quieres irte vuelve con Ethan, pero no te quedes junto a él.

―Mi decisión no te incumbe Valentina. ―Se zafó de mí agarre y volvió su mirada al hombre de cabello algo cano quien esperaba pacientemente el próximo movimiento de su hija ―me quedaré contigo. Necesito que me expliques todo lo que ocurrió, quiero una respuesta a cada una de mis preguntas.

―No te daría menos ―respondió complacido sonriendo ―bueno caballeros pueden guiar a los demás hasta la salida. Tenemos que marcharnos de aquí.

―Juliana ―la llame otra vez, pero parecía hacer caso omiso a mis palabras ―Juliana no lo hagas más difícil. Tenías un trato.

Mi mirada logró atrapar la suya, pero ella la desvió y continuó su camino junto a Macario quien sonreía victorioso. Uno de sus hombres se acercó a mí dándome un empujón para sacarme del lugar.

―Andando ―Gruñí y le arrojé un puñetazo descargando mi molestia contra él y enviándolo directamente al suelo.

―Puedo largarme sola ―dije antes de darme la vuelta para dejar la fábrica junto a Zed.

Mis puños estaban apretados con fuerza a mis costados mientras caminaba a paso decidido de regreso a la camioneta. Me monté tras el volante y le di puñetazos a éste con frustración escuchando el sonido de la otra puerta al cerrarse luego de la entrada de Zed. Noté a la distancia como Craig se marchaba en su coche y lo fulminé con la mirada manteniendo mis ojos entre cerrados a través del parabrisas. Puse en marcha el vehículo e hice rugir el motor sin moverme un solo centímetro aguardando a que él lo hiciese. En cuanto acelero para salir del desolado aparcamiento no dude en hacer lo mismo para seguirlo de cerca, el pelinegro junto a mí abrochó su cinturón preparándose para lo que vendría a continuación.

Estrelle la camioneta contra la parte trasera del auto del moreno y logré desestabilizarlo provocando que derrapase en círculos por la carretera hasta quedar detenido y con el coche echando humos. Me detuve abruptamente y me bajé de la camioneta acercándome al lugar del piloto y abriendo la puerta de inmediato jalada el cuerpo del chico al exterior. Le di puñetazos hasta dejarlo caer contra el pavimento y me puse de cuclillas para verlo mejor.

―Te has metido con la persona equivocada Craig ―quité algo de polvo de su hombro ―será mejor que Juliana esté intacta porque de lo contrario pagarás las consecuencias. ¿Entendido?

―Dominic lo ha hecho ―murmuró apenas con una mueca de dolor plasmada en el rostro ―él me ha enviado. No confía tanto en ti después de todo.

Juliana

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