Capítulo 21.

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Valentina

―¿Zed estás escuchándome? ―Pregunté a través del micrófono prendido a mi chaqueta.

―Sí lo hago, esto es estúpido. Creerán que estoy hablando solo. ―Se quejo el moreno.

―Técnicamente lo haces idiota. ―Respondió Keaton desde su ubicación en algún lugar de las calles de la ciudad.

Estábamos en la primera fase del plan que Macario tenía para acabar con Dominic Knight y todo iniciaba en el más reconocido banco de la ciudad en donde el magnate hacía depósitos de grandes cantidades de dinero utilizando identificaciones falsas y sujetos que se presentaran en el lugar por él. Zed tenía su ubicación en el interior del lugar, Keaton daba vueltas en círculos por las calles para nuestra huida y Clarke estaba intentando conseguir la clave y la tarjeta de crédito.

―¿Clarke? ―Pregunté mientras miraba en todas las direcciones asegurándome de que no hubiera más hombres de Dominic alrededor.

―Lo tengo ―dijo la rubia.

―Bien, salgan de allí ahora mismo. Keaton.

―Ya estoy en posición sólo dense prisa no pasará mucho antes de que el idiota de traje noté la ausencia de la tarjeta en los bolsillos de su costoso traje.

Observé a Zed dejar el banco junto a la rubia con paso rápido y decidido abriéndose paso entre los civiles que circulaban por las calles a esa hora del día. Los neumáticos hicieron un irritante chillido en cuanto el castaño aparcó velozmente la camioneta junto a la acera y nos montamos de inmediato dejando atrás el lugar en segundos.

―Bien trabajo Clarke ―dije mientras ella me tendía la tarjeta de crédito.

―Ha sido un placer ―respondió acomodando su cabello.

―¿Qué sigue ahora? ―Preguntó Keaton observando a través del espejo retrovisor.

―Dean es el genio en las computadoras, él se encargará de vaciar las cuentas de Dominic en cuanto le demos este pedazo de plástico. ―Murmuré agitando la tarjeta entre mis dedos.

Había aprendido demasiadas cosas durante mis años de vandalismo junto a Dominic, cosas que él mismo se había encargado de enseñarme y hacer que me volviese la mejor en la práctica. Todas estas cosas serían utilizadas en su contra ahora que estaba del otro lado.

―¿Está hecho? ―Pregunté a Dean por tercera vez.

―Sí no dejas de preguntar no puedo concentrarme Valentina. ―Canturreó con ojos clavados en la pantalla del ordenador mientras tecleaba con dedos ágiles números y letras.

―Estás tardando demasiado amigo. Y comienzo a ponerme algo nervioso. ―Keaton soltó un bufido sin dejar de dar vueltas por la habitación.

―Sólo un pequeño click y... ¡Está hecho! ―Exclamó alzando los brazos en señal de victoria. ―He realizado con éxito la transferencia. Su cuenta bancaria está en cero.

―¡Y la victoria es nuestra! ―Gritó Keaton tomando a la rubia junto a él por la cintura y dándole vueltas en el aire.

―Buen trabajo chicos ―la voz de Macario resonó en la habitación y todos nos giramos para verlos ―vamos a celebrarlo con una buena cena y les daré su parte correspondiente. Me gustaría hablar contigo más tarde en mi despacho Valentina.

Sólo me limite a asentir antes de observar cómo se marchaba dejándonos a todos en completo silencio. Un silbido por parte de Zed irrumpió la tranquilidad y me gire para verlo.

―¿Una cena? ¿Nuestra parte? Creo que me gusta el nuevo jefe ―dijo sonriente cruzándose de brazos. ―Sólo piénsenlo, este lugar es sinónimo de comodidad y no un viejo edificio que podría derrumbarse sobre nosotros en cualquier momento.

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