Capítulo 16

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La verdad es que no me sorprende que Carol y Tommy no hayan venido, le tenían tan poco aprecio a Vivian que si ahora les preguntases quién es, te dirían que no la conocen.

Pero Steve sí está aquí, y ahora me arrepiento de haberme peleado con él, porque en realidad Vivian sí la importa. Intenté entender su situación con sus padres, sobretodo con su padre, pero estaba tan enfadada que no le entendía.

Pero la verdad es que a Steve sí le importa Vivian, era su amiga. Sí le importa su muerte a pesar de que estaba tan preocupado por lo que sus padres pudieran decir.

-Hola- Steve se nos acerca a Nancy y a mí, y sé que quiere tocar a Nancy pero no lo hace porque sus padres nos están mirando, así que ella solo sonríe.

-Hola- dice Nancy, Steve me mira triste.

-Lo siento- y sé que no se refiere a Vivian, si no a lo que me dijo sobre ella.

-No pasa nada- le quito importancia.

-Sí que pasa, hablé sin pensar en lo que estabas pasando. Y gracias por no decirles a la policía lo de la fiesta

-Tampoco quise meterte en problemas

-Gracias- dice de corazón, y yo asiento con la cabeza.

El funeral empieza y todos somos un mar de lágrimas, aquí hay mucha gente de nuestra clase, incluso de nuestro curso entero, y entiendo que Vivian tenía una energía que muchos veían en ella. Ella hacía feliz a todo el mundo y no le caía mal a nadie, ayudaba a todo el que lo necesitaba y siempre estaba ahí para sacarte una sonrisa.

Vivian era la mejor persona del mundo. Y ahora ya no está.

Después del discurso del cura y de sus padres, cada uno pasa por el ataúd para dejar algo. Cuando es mi turno, me agacho y cierro los ojos, pero los vuelvo a abrir cuando me viene la imagen de su cuerpo a mi mente.

-Siento que todo esto te haya pasado por mi culpa, siento no haber podido salvarte- digo triste, a punto de las lágrimas otra vez- Esto es lo que nunca he podido decirte, y también he aprovechado para devolverte el collar que me dejaste para la fiesta- río amargamente- Pensaste que así atraería la atención de Steve, pero no fue así. Pero gracias por tu esfuerzo, eres la mejor, te voy a echar de menos

Dejo la carta encima del ataúd y sigo mi camino, me despido primero de los Wheeler y después me acerco a Steve.

-¿Podemos volver a ser amigos?- me pregunta inocentemente.

-Claro que sí, Steve- digo suspirando- Con todo lo que está pasando te necesito a mi lado- él sonríe.

-Mañana te llamaré para ver cómo estás- y solo necesita revolverme el pelo para que mis sentimientos se pongan a flor de piel.

Dios mío, había olvidado lo enamorada que estoy de Steve. Con ese simple gesto mis sentimientos han aumentado un 10%, o más si es posible.

Evito sonrojarme ante lo que estoy pensando, para que Steve no se piense que me pasa algo.

-Vale, gracias

-Y si necesitas ayuda con los exámenes, me lo dices e intentaré ayudarte- sé que eso lo dice porque ahora no está Vivian para ayudarme, pero mi corazón no para de latir con fuerza.

-Gracias- agradezco sincera.

Me despido de él y miro a Nancy cómplice, ella me devuelve el gesto.

Vuelvo andando hacia mi casa y me cambio de ropa, después voy a la cocina dispuesta a comer algo pero me encuentro de enfrente con mi padre, en el salón.

Está quitando las luces de Navidad.

-¿Qué haces?- pregunto alarmada, si esa es la manera que tiene mi madre de comunicarse con Will, no le voy a permitir quitar eso.

-Oh, hola Lydia. ¿Me ayudas?

-Deberías dejarlo todo como está- le advierto.

-Vamos cariño, sabes que tenemos que hacer que mamá se recupere

-¡Que no me llames así!

-Vale, lo siento, solo quiero arreglar las cosas entre nosotros y no me lo estás dejando nada fácil

-¿Será porque no quiero arreglar nada? Tú te lo buscaste solito así que ahora te aguantas

-Lydia, no me hables así, soy tu padre- dice bajándose de la silla en la que está subido.

-¿Por qué no mejor cierras el agujero de la pared? Seguro que mamá prefiere que hagas eso primero

-¿Pero qué ha pasado aquí?- pregunta mi madre entrando por la puerta, la mitad de las luces están quitadas.

-Pregúntale al super papi- me quejo.

-Lydia- me llama Jonathan desde su habitación, voy con él y cierro la puerta, tiene una pizza en las piernas que me ilumina la mirada.

-Te amo- digo sentandome a su lado en la cama, los dos comemos juntos en silencio. Después se acerca a su armario y saca una caja- ¿Qué es eso?

-La pistola que te he dicho esta mañana- el corazón se me acelera, nunca he cogido un arma y mucho menos la he utilizado.

Jonathan y yo nos vamos a donde hemos quedado con Nancy e intentamos practicar algo mientras la esperamos.

Mi hermano me ayuda a coger la pistola y me da algunos consejos, pero no sé si hacerle caso teniendo en cuenta que no le ha dado ni una vez a ninguna de las latas que tenemos puestas en fila delante de nosotros.

-Déjame probar a mí- le digo, me pongo en posición y disparo, le doy justo a la lata y Jonathan se asombra.

-Vaya, no sabía que tenías esa puntería- dice asombrado.

-No lo sabía ni yo, así que estoy igual de sorprendida- digo riendo.

Nancy llega y se une a nosotros para practicar.

-¿Dónde has aprendido a disparar?- pregunta Nancy cuando ve lo malo que es Jonathan.

-Mi padre me llevaba de caza- responde- Era pequeño y me daba miedo cuando él me obligaba a matar a un animal, mirándole a los ojos para no ser un cobarde

-Vaya...lo siento. Tu padre es un poco...

-¿Especial?- la corto a Nancy- Lo es

Y solo con pensar en él y en que se está haciendo el buenito para intentar que Jonathan y yo le aceptemos de nuevo, me enfada todavía más.

(1) Insecurities (Steve Harrington) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora