Capítulo 5

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Steve me acompaña a casa y vemos que en la puerta hay muchos coches de policía, reconozco el que siempre lleva el jefe de policía, Hopper.

-Será mejor que te vayas a casa, gracias por acompañarme y por ayudarme- le digo a Steve.

-No hay de qué, sabes que siempre voy a estar a tu lado para ayudarte. Así que quiero que si alguna vez tienes un problema, me lo cuentes

-Siento no habértelo contado antes

-Lo que importa ahora es que estás bien y que ahora sé cómo actuar. Nos vemos mañana en clase- me da un beso en la cabeza y se va.

El beso me recuerda al viernes por la noche. NO LYDIA, NO PIENSES EN ESO AHORA.

Entro temblorosa a casa y veo el panorama, dos policías y Hopper están junto a mi madre y Jonathan.

-Lydia- dice Jonathan, viene corriendo hacia mí y me abraza con fuerza, yo le devuelvo el abrazo.

-Siento no haber estado aquí- me disculpo.

-No, no, no pasa nada, no ha sido tu culpa- me tranquiliza Johnny.

-Hemos encontrado su bici en el bosque, creemos que puede estar por ahí- dice Hopper, serio como siempre, asiento con la cabeza sin querer hablar- Esta noche buscaremos por ahí, y si no le encontramos iniciaremos una búsqueda para todos los vecinos que quieran participar

-Gracias- agradece mi madre de corazón, los tres policías se van y abrazo a mi madre- ¿Te encuentras bien?

-Depende de en qué sentido me lo preguntes- intento bromear, pero ni siquiera yo me río- Estoy bien, solo ha sido un momento de tensión baja, Vivian ha sabido controlarlo

-Me alegro

-Creo que deberíamos hacer carteles por si alguien ha visto a Will- dice Jonathan.

-Es una buena idea- respondo.

-Voy a por las fotos y elegimos una- dice mi madre yendo a por ellas.

-El jefe de policía cree que Will pudo venir aquí por la noche, cuando no estábamos ninguno en casa- susurra Jonathan a mi lado.

-¿Cómo?

-Creen que alguien le hizo algo, en la pared hay una marca, como si hubieran abierto la puerta rápido- dice señalando la puerta que da al jardín, no me da tiempo a decir nada porque nuestra madre vuelve con las fotos.

Nos sentamos los tres en el sofá y empezamos a ver las fotos, no puedo evitar emocionarme con nostalgia.

-Esta sería perfecta- digo cogiendo una en la que mi hermano pequeño tiene una inmensa sonrisa y sale muy guapo.

-Oooh, sin duda- dice mi madre hecha un mar de lágrimas también, como Johnny y yo- Me pondré con el cartel- dice levantándose del sofá.

Por la noche, llaman al teléfono de casa. Jonathan y yo no le damos mucha importancia, al menos no hasta que nuestra madre se pone a gritar y a llorar.

-¡Will! Dime algo, hijo, soy yo, mamá. ¿Me oyes? Dime algo, estoy aquí, te escucho. ¿Will?

-¿Es Will?- pregunto esperanzada.

-Will, dime algo, por favor- pero entonces el teléfono estalla, se podría decir que es por la gran tormenta que hay fuera, pero los tres sabemos que eso no lo ha causado la tormenta.

El mundo se me viene encima cuando mi madre explica que ha escuchado respirar a Will, solo su respiración, nada más.

-¿Estás segura de que era él?- pregunto.

-Reconocería la respiración de mis hijos en cualquier lado, Lydia, era él- dice mi madre.

Al día siguiente nuestra madre está demasiado alterada y nerviosa, ha estado contando los ahorros que nos quedan para que podamos sacar el mayor número posible de copias del cartel que Jonathan y yo hemos estado haciendo para encontrar a Will.

-Mamá, tranquila, no pasa nada si no podemos hacer muchas copias, haremos las que podamos- dice Jonathan.

-De hecho vas a tener que hacerlas tú Johnny, quiero llegar pronto a clase porque tengo que hablar con Vivian- digo, y es que tengo que contarle a alguien todo esto o voy a explotar.

-Vale, sí, lo que sea

-Tengo que irme o perderé el autobús, os quiero- le doy un beso a mi madre y otro a mi hermano y salgo de casa.

Cuando llego al instituto, voy directa al baño y escribo a Vivian para vernos ahí, pronto me responde y nos encontramos.

Pero Vivian aparece con una cara peor que la mía, que ya es decir porque no he dormido nada y no he desayunado tampoco.

-¿Qué te pasa?- preguntamos las dos a la vez, en otro momento nos hubiéramos reído, pero al parecer ninguna estamos de humor.

-Tú primero- le digo.

-He dormido muy mal, he tenido pesadillas y he tenido fiebre casi toda la noche, por no mencionar la pelea que he tenido con mi padre por lo de Steve- dice sentándose a mi lado en el suelo del baño, con la espalda pegada a la pared.

-Siento que te hayan regañado por lo de Steve, es mi culpa que se meta así en tu casa- digo sintiéndome culpable.

-No te preocupes, también es mi culpa por dejarle entrar, así que. ¿A ti qué te pasa? Tampoco se te ve con buen aspecto

-No he dormido, ayer cuando llegué a casa había policías ahí

-¿Interrogando a tu madre?- pregunta Vivian confusa, yo niego con la cabeza.

-Encontraron la bici de Will en el bosque y creen que puede estar cerca, le han buscado toda la noche pero no sé si han encontrado algo

-Joder...

-Lo peor fue que por la noche llamaron al teléfono de mi casa y mi madre contestó...dice que escuchó cómo Will respiraba al otro lado

-¿Qué?

-Sé que es una locura, que parece imposible, pero ella dice que reconocería a cualquiera de sus hijos respirar en cualquier lado. No sé, Vivian, hay algo raro en todo esto

-No es una locura, es el instinto de una madre. Y si esa llamada no era una broma, si Will llamó, es porque está vivo y cerca de aquí

Sus palabras me dan tantas esperanzas que solo puedo hacer una cosa: abrazarla.

(1) Insecurities (Steve Harrington) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora