Capítulo 18: Yes, your Majesty

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Sam:

Cada semana Marisa se convertía un poco más. Faldas, maquillaje, blusas, y demás. Se estaba volviendo la chica popular, pero también dejaba de ser parte de nuestro grupo. Las cosas están cambiando, le había dicho a Lucas una tarde al salir del gimnasio. Él simplemente asintió y siguió caminando a mi lado.

La hora del almuerzo era todavía peor. Marisa siempre nos pedía que sentáramos con ella, y nosotros nunca nos negábamos. Y ahora nos encontrábamos ahí, rodeados de gente falsa y popular. Yo comía con la cabeza gacha, mirando mis pantalones largos un poco gastados por el tiempo.

- Hey, Sam - me llamó Trent, el novio de Tamara. - Todavía no has probado tu lealtad al grupo.

¿De qué hablaba? Yo no recordaba que ninguno de ellos lo hubiese hecho en el pasado, o al menos que Marisa lo hubiese hecho.

- Es cierto - dijo Tamara, tomando en su mano su batido de fresa. Luego lo miró por unos segundos, para luego deslizarlo por la mesa en mi dirección. - Tíraselo a alguien de esta cafetería, quien tú quieras - sonrió de oreja a oreja.

Miré el batido, luego a Lucas y por último a Marisa. Ella me suplicaba con la mirada que lo hiciese. Sabía que ella deseaba encajar en ese grupo, y para hacerlo yo tenía que obedecer también. Tomé el batido y caminé en dirección a una mesa. Pero luego me detuve en seco. Ella quiere encajar en el grupo, no yo. Me volví a la mesa y Tamara me miró con su ceja enarcada.

- ¿Tienes mie... - no logró terminar la frase, ya que un batido de fresa comenzó a escurrirse por su cabello. De repente la atmosfera se volvió tensa entre los más chicos del colegio, y algunos más grandes también. Pero la risa de alguien logró romper toda aquella tensión. Lucas comenzó a reír y luego todas las personas lo siguieron, incluyéndome. A excepción de los miembros de esa mesa - excluyéndonos a Lucas y a mí -, que estaban preocupados por la furia de la gran Tamara. Esta se paró de repente y se acercó a mí. Retrocedí unos pasos, alejándome de ella.

- No te acerques mucho, esta ropa está limpia - sonreí. Mi comentario logró hacerla enojar aún más.

- No te vuelvas a acercar a nuestra mesa, ni vos ni tu amiguito Lucas - mi sonrisa se amplió aún más.

- Como usted diga, su majestad - y antes de irnos, Lucas y yo hicimos una reverencia sin dejar de reírnos.


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Un Kiss, SamNovels

Still a secret |TF#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora