Marisa:
Estábamos en uno de los pasillos del colegio, pero no había casi nadie. Trent me presionaba contra la pared mientras me besaba. No sabía cómo sentirme. Besaba bien, pero... no sé. Era extraño. No había nada de sensaciones extrañas, de eso estaba segura. Nunca las había cuando me besaba con él. Es decir, no es que no me gustara, pero no andaba deseando que me besara todo el santo día.
— Mari, como eres mi novia, deberías ser más afectuosa conmigo en público. — ¿novia?
— ¿Desde cuándo somos novios? — pregunté incrédula. Yo seguía siendo soltera.
— Ahora la eres — me volvió a besar. No me negué, seguí el beso.
Ser la novia de Trent es un pase seguro a la popularidad. De a poco, iba a conseguir todo lo que quería. Iba a tener a todo mi año bajo mis pies. Y cuando finalmente llegue a último año, seré la reina. Pero esto era el primer paso para llegar a eso.
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