Grey-eyed Queen [Dominick Parker]

Cap 56

Dos semanas han pasado. Dos semanas de constantes atentados por parte de la Bratva contra mí y mi familia.

Tenemos a la familia a salvó en la isla del CCT, Sara, Rachel, Regina y Reece están ahí. Emma

decidió quedarse en Londres, en la central.

Los pequeños mascherano están en Florencia, protegidos por un grupo numeroso de Halcones mientras su padre y yo intentamos resolver este asunto.

Bueno, más por mi parte, porque Antoni ha estado fuera estas dos semanas, él nunca me avisa a dónde irá y la verdad es que tampoco me importa mucho.

—Fue una jugada muy estúpida de tu parte—habla Chris y enarco una ceja

—¿Mía?—bufo—esto no habría pasado si no hubieras enviado a una niña a hacer lo que te tocaba a ti

—Recuerda que soy tu superior—aprieta la mandíbula y ruedo los ojos

—Perdoneme por decir lo que pienso, señor ministro—sonrío de manera falsa—y también

perdóneme por rescatar a una niña de las garras de la mafia.

Me mira sin expresión alguna y me encojo de hombros.

—¿Le dijiste a Rachel que tú y su madre mandaron a su hermana menor a la boca del lobo?—interrogo

—Se lo dije—asiente—y no me habla

—Oh, pobrecito—hago un falso puchero y rueda los ojos

—Al punto—sigue—¿Qué haremos al respecto?

—Supongo que atacar cuando venga por mi—me encojo de hombros y me mira cómo si estuviera loca—rastrearlo no es fácil

Asiente.

—No es fácil, pero atacarlo cuando vaya por ti no es seguro—comenta

—No, pero es la única opción que tenemos ahora—me levanto tomando mis cosas—

despreocupate que si tengo que morir lo haré, de igual forma tu arriesgarías mi vida, nos vemos.

—Mack...—me llama suspirando pero lo ignoro saliendo de la oficina

Chris vino a Sicilia a hablar conmigo sobre lo que haremos con la situación de la Bratva. No se me ha olvidado lo que pasó hace unas semanas en Londres, sigo enojada, dolida sobretodo, y en parte comprendo, pero mi lado de hermana pequeña consentida por la familia se siente traicionada.

Entiendo que él ahora tenga una familia, se verdad que lo entiendo, pero jamás creí que él

arriesgaría mi vida por salvar la de ella. Tengo que dejar de creer que los demás no harían las cosas que yo no haría.

A veces se me olvida que mi hermano puede llegar a ser el hombre más egoísta que existe, más bestia e imbécil del mundo.

No lo juzgo, siempre he tratado de entenderlo y ponerme en sus zapatos, yo supongo que si en algún momento me caso o tengo hijos también haré lo mismo por ellos. Algún día, quizá.

Subo a la camioneta en silencio, y así mismo paso todo el camino a la casa.

Al llegar noto las camionetas de los Halcones estacionadas, y esa es mi señal de que Antoni está aquí. Los Halcones asienten en mi dirección y les doy una pequeña sonrisa forzada.

—Buenos días—saluda Ali cuando entro a la casa y enarco una ceja al ver lo tenso que está

—Buenos días, Ali—contesto—¿Qué pasa?