•18•

2.9K 370 136
                                    

La manera que Han comenzó a sentirse respecto a Minho, fue poco a poco, su presencia, sus cuidados y la manera en la que lo trataba, lo hacía sentir cómodo, no lo hacía sentirse un completo inútil o discapacitado, además no le cuestionaba sus pode...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La manera que Han comenzó a sentirse respecto a Minho, fue poco a poco, su presencia, sus cuidados y la manera en la que lo trataba, lo hacía sentir cómodo, no lo hacía sentirse un completo inútil o discapacitado, además no le cuestionaba sus poderes, poderes que comenzó a detestar cuando se dio cuenta que los pensamientos de Minho eran exclusivamente hacía Felix, pero realmente no lograba odiarlo, porque Felix también era importante para él sin embargo todo parecía doloroso y la verdad solo tenía envidia, porque era claro que jamás sería tan importante para Minho como lo era aquel pecoso. Parecía que las personas no estaban preparadas para cargar con un discapacitado como él, eso era lo que su madre le repetía muchas veces, hasta que lo vendió a la sede, le prometieron dinero a cambio de darles su hijo, su madre acepto gustosa, sinceramente no tenía deseos de seguir cargando con alguien como él.

La manera en la que fue torturado solo le recordaba que era una basura, si una basura. Los experimentos fueron dolorosos y aunque lloraba no había nadie que lo ayudara, así que su voz comenzó a pagarse, llorar ya no era opción y la oscuridad comenzaba ser parte de su vida, ya no solo no veía, ahora ya no podía sentir más que dolor. Entonces llegó su pequeña esperanza, Felix, el chico ni siquiera se preguntó si veía o algo, solo lo tomó, sostuvo su mano y lo saco de ese maldito lugar, llevándolo consigo con la persona que sería todo para él.

A veces Minho parecía amarlo, pero solo la mención de Feliz, el mundo desaparecía para Minho, era extraño, eso decía el mayor las muchas veces que ambos se quedaron acostados sobre la cama del menor, mirando el techo. El mayor le explicaba que no entendía en qué momento el pecoso se volvió tan importante, todo en él le encantaba y sus palabras dolían porque incluso si Han no las escuchaba, las podía a sentir a través de ese poder, Han no solo tenía una audición superior, el menor podía leer la mente de las personas.

Aquel poder era tan horrible, podía escuchar como su madre lo odiaba o escuchaba las palabras que no se decían, pero estaban ahí. Podía leer los pensamientos, pero no cambiarlos por lo que, solo escuchar era lo suficientemente doloroso para desear morir. Cuando fue encerrado, hicieron miles de pruebas para detectar su poder y así usarlo para el propio beneficio de la sede, que más fuerte que un soldado que puede leer la mentes de sus enemigos.

Las personas en ese laboratorio, eran diferentes, algunos podían odiarlos otros tenían lastima y luego estaba Felix. Cuando el pecoso lo sostuvo no pudo leer su mente, era algo como un caos, un ruido sordo, que lo hizo sentir nauseas, pero muy en el fondo de aquella oscuridad, había un niño, un niño con miedo. Mientras que Minho era diferente, muy claro en sus pensamientos, estaba molesto por aquella intromisión en su vida, pero poco a poco comenzó a ser gentil, a quererlo, sus pensamientos se volvieron cariñosos y cálidos. Y Han se enamoró.

Han miraba el caos en la televisión, la sangre en el suelo y la palabra escrita en ella, también pudo observar el dolor y la desesperación de las personas presentes ahí. Quiso tener lastima, un sentimiento de tristeza o compasión, pero solo se sintió complacido, aquellas personas con vidas perfectas, con dinero para comer y con hijos que aman, no conocerían jamás lo que era dormir en el suelo de una fría celda, sin esperanza, viendo como la luna iluminaba aquel frío lugar. Han no sintió nada más que placer y no era el único con ese sentimiento.

•FREEZE• HyunLix • completa •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora