La nueva capitana (Toshiro Hitsugaya)

Capítulo 26. Planes y Hueco mundo.

Yoruichi escuchaba atenta al relato de ambos capitanes. Mantenía un rostro aparentemente sereno, pero en su cabeza aparecían aquellos recuerdos que una vez ocultó muy dentro de su mente. Enterarse de tanto en poco tiempo no le afectó, no debería. Tenía que permanecer fuerte y tranquila por el bien de Natsuki.

─Por favor Yoruichi, necesito tu ayuda para poder ir a ese espantoso lugar. No sé si sea capaz de acercarme luego de...

─Hey ─la interrumpió─, no te preocupes por eso. No tienes que darme explicaciones ni rogarme ni nada. ─Apoyó su mano en el hombro de Natsuki, dedicándole una sonrisa─. Te ayudaré. No pude hacerlo hace mucho tiempo, pero ahora que tengo la oportunidad lo haré sin dudarlo. Tenemos que deshacernos de eso lo más pronto posible, y salvar a Momo.

Miró a Toshiro al terminar de hablar, quien se encontraba de brazos cruzados y ojos cerrados detrás de la capitana sin hablar ni mover un dedo.

─Y supongo que tú vendrás, ¿no?

Toshiro solo se dignó a asentir. Yoruichi hizo una mueca, con ganas de gruñirle, pero no lo hizo.

Kisuke, quien estaba detrás de ella solo se rió, ocultando su rostro con su abanico.

─Deben tener cuidado con esas instalaciones, bien lo saben. ─Y él lo sabía mejor que nadie, puesto que fue partícipe de la creación de estas contra su voluntad─. En especial si alguien poderoso las está usando.

 ─¿Crees que no lo sé? ─preguntó Yoruichi, algo enojada por las inútiles advertencias de su amigo. Nuevamente se dirigió a Natsuki y Toshiro─. Yo los ayudaré a entrar, pero necesito que tengan cuidado. Recuerden que este no es nuestro único problema actual.

Ambos no emitieron palabra alguna, solo permanecieron callados para que siguiera hablando.

─No sabemos quién está detrás de este secuestro o este desagradable plan. Puede ser Aizen como puede ser otra persona que también nos traiga más problemas, a nosotros y a la Sociedad de Almas. Y ya sabes el peligro que corres, Natsuki, y no quiero que se repita lo de años pasados.

Silencio.

─Sumando el problema de Momo, Ichigo también tiene ciertos problemas y temas que tratar en Hueco Mundo, y por supuesto que la Sociedad de Almas se va a involucrar.

Bien sabido era por todos los shinigamis los acontecimientos ocurridos por parte de Aizen Sousuke. La captura de Orihime Inoue y los Espada dispuestos a invadir el mundo humano eran la mayor prioridad a tratar. Esto solo facilitaba a Natsuki, Toshiro y Yoruichi salvar a Momo por su lado sin muchas complicaciones. Si todo salía según lo planeado, podrán ayudar a Ichigo y los demás a detener a Aizen, ya fuera en Hueco Mundo o en Karakura misma.

─Ustedes tres tendrán que ir a la residencia Iwakura para ver si es cierto que Momo permanece atrapada ahí, salvarla y averiguar quién fue el responsable. Yo tengo que ver otros asuntos respecto a Hueco Mundo, Ichigo me pidió de su ayuda.

Los tres asintieron a la vez.

─Bien, no hay tiempo que perder.

Para la mala fortuna de Yoruichi, tendría que posponer sus planes para ayudar a Natsuki a vivir una vida tranquila, si es que todo salía bien y estaban sanos y salvos.

🔥❄️

Mientras Natsuki, Toshiro y Yoruichi se preparaban para volver a la Sociedad de Almas, paralelamente Aizen sonreía, plácido, en Hueco Mundo. Cada cosa iba de acuerdo a su plan.

Tomó un sorbo de su brebaje. No había nadie a su lado; cada uno de los Espada permanecía en sus respectivos lugares, en sus propios asuntos. Nadie lo molestaría.

─Ya saben cuál es su propósito de vida, ¿no? No importa si no lo cumplen al cien por ciento.

Tres cabezas asintieron al mismo tiempo.

─Natsuki Iwakura es uno de los mayores estorbos. Necesito que la destruyan, por dentro y por fuera, y ya fallaste una vez usando a Hitsugaya Toshiro. ─Realizó una pausa, levantándose de la silla─. Es la única razón por la que permaneces con vida. Para servirme a mí, y de ti depende que Natsuki llegue a estar débil, a tal punto de poder darle un golpe final con facilidad.

Frente a Aizen permanecían las tres siluetas, y por cada palabra daba un paso más cerca de ellas. Estando ya a centímetros tomó el mentón de la persona en medio, la de menor estatura, y lo levantó para verle directamente a los ojos. Los otros dos atinaron a estar de rodillas frente él.

─Querida Serena, mi confianza yace en ti ─dijo, acariciando su mejilla con un pulgar─. Ya sabes tu propósito, y cuando lo cumplas podremos permanecer juntos. Además de Kurosaki Ichigo ella es la única capaz de llegar a interferir, y para llevar a cabo mi plan principal... elimínala.

La joven frente a Aizen permanecía callada, sonrojada. Sorprendía la facilidad que tiene el hombre para poder persuadir almas vulnerables, un don nato junto a sus poderes, la combinación perfecta para que cualquiera mínimamente frágil hiciera lo que le ordenase.

─No por nada tienes a tus dos mascotas para que te ayuden. ─Jigme y Jirou no pronunciaron palabra alguna.

Serena asintió.

─La encerraré en la jaula tal y como usted me indicó. Esa arpía no lo molestará mi señor ─sentenció la muchacha.

Aizen sonrió, dándole calma al corazón de Serena. El hombre que la salvó de la miseria, pobreza y falsas amistades contaba con ella, y no lo iba a defraudar. Lo amaba.

─Vayan a la Sociedad de Almas. Iwakura Natsuki debería de dirigirse para allá en cualquier momento. Yo... alistaré los últimos preparativos para digirirme al mundo humano mientras las Espada cumplen sus roles. ─Dejó libre el rostro de Serena para luego alejarse.

Los tres se esfumaron en cuestión de segundos, para comenzar su misión y dejando a Aizen en la soledad del cuarto. Rió.

─Tan fácil... Patético.

Abandonó la sala, dispuesto a encontrarse con sus aliados y poner en marcha la parte final de su plan. Según sus informantes Ichigo ya traspasó sus barreras menores, y no estaba solo. Pronto llegaría a enfrentarse a los Espada. Una pena, porque no estaría para observar tales peleas, ya que estaría ocupado observando cómo sus Espada mayores destruían a los shinigami hasta hacerlos polvo en la ciudad de Karakura.

🔥❄️

─¿Piensas que estarán bien? ─Ronroneó falsamente.

─Si te soy sincero, no lo sé.

─¿Por qué, Kisuke? ─preguntó Kate.

─No tienes que preocuparte, solo... descansa. Dudo que tengas algo que hacer ahora que Natsuki estará ocupada. Muy ocupada.

─¿Tú qué harás?

─Observar y ayudar desde lejos. De momento no puedo hacer nada más.

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