Capítulo 7. Extraño poder.

2.9K 294 23
                                    

Natsuki escupió un poco de sangre por la herida en su espalda, que no era muy pequeña que digamos. Limpió la sangre que le quedaba en la boca, y estiró su mano derecha hacia un lado.

—¡Natsuki, ¿estás bien?! —preguntó un preocupado Tōshirō todavía en el suelo, pero con los codos como soporte para todo su cuerpo.

—Si —murmuró seria y con los ojos entrecerrados, pero aún frente al hollow.

—¿Qué esta haciendo? ¿Por qué tiene su mano así? —pensó bastante confundido por las acciones ajenas.

De repente, el hollow levantó la mano, preparándose para atacar, y cuando su ataque se acercaba a la chica, ésta sólo cerró los ojos.

—¡Natsuki! —advirtió Tōshirō en un grito, poniéndose de pie.

Cuando la mano del Hollow estába a centímetros de ella abrió los ojos de golpe

—Nace de las cenizas... ¡Jigoku no Hana!gritó el nombre de su Zanpaku-tō.

Al hacer esto, la espada apareció en la mano de Natsuki. Apretó la empuñadura, y la movió rápidamente de un lado a otro, pero sólo una vez. Como resultado, unas flamas en forma de un gran ave salieron de ésta, dirigiéndose al hollow, y al llegar a su objetivo, éste se prendió en llamas, logrando que soltase un gran grito. Las llamas lo consumieron, dejando sólo cenizas.

La capitana cayó de rodillas, apoyando manos en el suelo para sostenerse, dejando su Zanpaku-tō a la par de ella, y escupió un poco más de sangre.

—¡Natsuki! —gritó Tōshirō, yendo hacia ella para ayudarla.

—Estoy bien Tōshirō —afirmó en un intento de tranquilizarlo, cerrando los ojos y agachando la cabeza, a la vez que respiraba entre cortadamente. Bueno, tranquilizarlo no hizo—. Esto no es nada, sólo un rasguño...

—Sí, claro —dijo sarcástico.

—Toma mi Zanpaku-tō —ordenó, sin moverse de su posición.

—¿Para qué? —preguntó confundido.

—Sólo... hazlo, ¿de acuerdo? —dijo, completamente serena.

El chico, sin rechistar más, hizo lo que le dijo.

—Bien. Ahora, con la parte que no tiene filo, cúrame la herida, pasándola por esta —trató de explicar.

—¿Qué? ¿Funciona? —cuestionó totalmente desconfiado.

Natsuki se limitó a sonreír de lado.

—Por algo te lo estoy diciendo... Funciona, pero este poder es limitado. Si abuso de él, puedo llegar a morir. Además, sólo le hace efecto a las heridas graves, y est... —estaba diciendo, pero se detuvo el escupir un poco de sangre—. Joder... No creí que el hollow tuviera tanta fuerza...

—Así que... sólo un rasguño, ¿eh? —se burló, con una sonrisa ladina.

La chica soltó una pequeña risa.

—Cállate y cúrame de una buena vez.

Sonrió. La escena que ahora vivía le causaba un poco de gracia.

Los dos se sentaron, pero la chica dándole la espalda, y como ella le dijo, pasó la parte que no tiene filo de la Zanpaku-tō en la herida de Natsuki. Cuando hizo esto, ella se mordió la lengua para no gritar, cosa que no logró. Primero soltó un chillido agudo arqueando la espalda, y luego un grito más fuerte, mostrando todo el dolor que sentía.

—¡Ah, joder! —se quejó, para después apretar sus dientes.

A Tōshirō le dolía hacerle daño, pero entendía qué era por el propio bien de Natsuki.

Luego de unos segundos, terminó de cerrarle la herida.

—Ah, mierda... Y pensé que estaba acostumbrada —dijo irónica.

—Ten —dijo el capitán, ofreciéndole su katana.

Pero Natsuki ni siquiera tuvo que preocuparse en tomarla, ya que la Zanpaku-tō se convirtió en una flama larga de fuego, haciendo que Tōshirō la suelte de inmediato, dejándole una pequeña quemadura en la mano. Se desplazó por el suelo, llegando donde Natsuki y entrando en su funda, convirtiéndose de nuevo en katana

—Bueno. Regresemos —habló hacia Tōshirō, luego bostezó, estirándose—. Ahora sí que me dio sueño —dijo, a la vez que se ponía de pie nuevamente.

Hitsugaya sólo asintió con la cabeza, a la vez que la imitaba.

—Me tengo que ir rápido. Nadie sabe que me fui y Hikari se pondrá muy preocupada, y molesta si se entera. —Un pequeño escalofrío recorrió todo su cuerpo—. Yo me voy Tōshirō... Esto... —dijo sonrojada, recordando lo que anteriormente había ocurrido entre ambos capitanes—. Adiós.

Sin más que agregar a la conversación, posicionó sus labios sobre la mejilla derecha ajena, dándole un corto beso en ésta. Al terminar, salió rápidamente de ahí utilizando su shunpo, para no avergonzarse más de lo que ya estaba.

Inconscientemente, Tōshirō tocó con su diestra la mejilla en donde le plantó un beso, y no pudo evitar sonreír apegando los labios.

—Ne, capitán, así que aquí estaba —dijo Rangiku, saliendo de entre los árboles y dirigiéndose hacia su superior.

—¡¿Matsumoto?! —gritó molesto y confuso a la vez—, ¿¡qué haces aquí!? —preguntó, ahora nervioso.

—Bueno, capitán... Lo fui a buscar a su oficina antes para pasarle unos documentos pero no lo encontré, así que salí a buscarlo —comenzó a explicar Rangiku—. Le pregunté a muchas personas si lo habían visto, pero todos me dijeron que no. Les pregunté a todos los tenientes y capitanes, y tampoco lo habían visto, así que decidí ir a buscarlo por mi propia cuenta. Salí del SeiReiTei, ya que no lo veía, y en el camino me encontré también con la teniente Hikari, la cuál parecía bastante desesperada, la verdad —dijo, recordando a la rubia—. Me dijo que estaba buscando a Natsuki, ya que ella también había desaparecido sin dejar rastro.

Al terminar, una sonrisa pícara apareció en su rostro.

—¿Qué estará pensando esta Matsumoto? —pensó, tratando de adivinar los pensamientos ajenos.

—Llegué a este bosque y escuché un gran grito, y reconocí la voz de Natsuki. Así que vine aquí, porque era desde aquí que escuché el grito, y lo vi solo, cosa que me pareció extraña.

—Al menos no nos vio...

Suspiró, totalmente aliviado.

Rangiku soltó una gran carcajada.

—¿Qué sucede Matsumoto? —preguntó, extrañado por su comportamiento.

—Es mentira... —Apenas y hablaba entre tanta risa—. No llegué cuando estaba solo, llegué mucho antes de que el hollow apareciera, solo quería ver cómo reaccionaba. Dígame capitán, ¿cómo besa Natsuki?

Una nuevo risita se escapó de entre sus labios, en los cuáles la picardía no disminuía.

Ante esta pregunta, la cara del capitán se puso de un color carmín fuerte.

—¡Matsumoto!

✎。

La nueva capitana (Toshiro Hitsugaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora