Capítulo 6. Kiss kiss.

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—Creo que terminé —dijo la capitana Natsuki, acostándose en su cama, un poco cansada—. Todavía no puedo creer que tendré mi primera misión con sólo un día cómo capitana. —Un bostezo escapó de entre sus labios—. Qué sueño...

Se paró de su cama y se dirigió a su armario para buscar su pijama. Cuando lo encontró, se lo puso y se volvió a acostar, pero ahora dentro de las sábanas.

—Mañana tomaré una ducha... Ahora estoy muy cansada —pensó, disponiéndose a dormir.

Pasaron varios minutos, en los cuales la capitana daba una que otra vuelta en su cama, tratando de conciliar el sueño, cosa que no logró. Así que se reincorporó en su lugar, sentándose en éste, estirándose.

—No puedo dormir por los puros nervios... —decía en su mente—. Voy a dar un paseo nocturno a ver si me da sueño —decidió luego de un rato.

Volvió a pararse dirigiéndose nuevamente a su armario, para así tomar sus prendas de Capitana, y ponérselas. Al finalizar, para no ser vista, salió por la ventana de su habitación.

Iba por los techos del SeiReiTei a un bosque cerca de éste, pero se detuvo en un techo, al frente de la oficina del décimo escuadrón. ¿Cómo sabía que es del décimo? Fácil, había divisado a Rangiku en el escritorio haciendo su trabajo. Ésta, que sintió unos ojos sobre ella, giró su cabeza para buscar al propietario de la mirada, sin embargo, no vio a nadie.

—Eso estuvo cerca... —dijo Natsuki en un suspiro.

Por poco y la descubren, pero ella ágilmente se había escondido en el techo de la misma habitación en la cuál se encontraba la pelinaranja, ocultando su poder espiritual.

Tenía que pasar desapercibida, y si Rangiku la descubría, la llenaría de preguntas, y eso no se le apetecía, para nada.

—Eh, capitán... —trató de llamar la atención del nombrado, el cual estaba acostado en el sillón «vigilando» a Rangiku.

Qué va, estaba dormido. La muchacha se demoraba tanto que se aburrió, y simplemente se quedó dormido.

—Oh. Está dormido. —Sonrió tiernamente—. Bueno, ya terminé. Me demoré muchas horas, pero terminé —dijo, seguido de un suspiro, poniendo su cabeza en el escritorio—. Mejor me voy a descansar...

Y así, Rangiku se reincorporó en su asiento, estirando sus brazos al cielo, para después pararse de su asiento, y finalmente salir de la habitación.

Aunque no se inmutó de que había dado un fuerte portazo, logrando despertar a Tōshirō.

—¿Qué...?

En alerta, se incorporó en el sillón.

Su mirada se dirigió al escritorio, y se dio cuenta que Rangiku no estaba, pero, por lo menos el trabajo sí estaba, y completo. Esto lo sorprendió mucho.

—Sí lo hizo. —Sorprendido, abrió los ojos de par en par.

También observó la ventana, viendo a través de esta a la chica, que le había robado el corazón..., de lado, dejándolo ver su perfil. Lo que más le sorprendió, fue que ella estaba con el ceño fruncido y con la mandíbula tensa. Eso se notaba, y mucho.

Sí, la chica estaba en el techo de la oficina, pero como pensaba que estaba fuera de peligro alguno, volvió al otro tejado.

—¿Qué estará haciendo aquí a estas horas de la noche? —se preguntó con el ceño fruncido.

De repente la chica saltó hacia otros tejados, logrando que la perdiera de vista.

La nueva capitana (Toshiro Hitsugaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora