Capítulo 8. Historia del pasado. Gente desconocida.

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—¡Natsuki-sama! —dijeron varios shinigamis al unísono cuando vieron a su capitana entrar por las puertas del escuadrón.

—Eh... hola. —Desvió su mirada, completamente avergonzada.

—Natsuki-sama, estuvimos buscándola por mucho tiempo. Pensábamos que algo grave le había ocurrido —dijo el tercer al mando Rikuto, ubicándose en frente de ella—. ¿A dónde fue?

—Salí del SeiReiTei a un bosque para una caminata nocturna, no podía dormir y quería despejarme y pensar un rato. Nada más —explicó, con completa sinceridad.

Aunque su tercer al mando no creyó ninguna de sus palabras. Rikuto se limitó a mirarla con ambos ojos entre cerrados.

—¿Qué? —preguntó Natsuki de la misma manera que su subordinado.

—Voy a hacer como que le creo... —dijo sin cambiar la forma que habían adquirido sus ojos.

Natsuki lo miró con una ceja levantada, algo indignada—. Bien, tu problema si no me crees. —Alzó ambas manos, restándole importancia.

—¡Natsuki-sama! —gritó Hikari al entrar al lugar y divisar a su amiga.

—¿Hikari? —dijo con nerviosismo.

—¡¿Dónde demonios estaba?! —preguntó al estar frente a ella.

La teniente, sin poder contener las lágrimas en sus ojos, abrazó a su superior, ejerciendo cada vez más fuerza. Natsuki, al notar cómo su amiga de la infancia reaccionó, se sintió sumamente culpable por preocuparla tanto, y sobre todo, por hacerla llorar. Los shinigamis ahí presentes nada más observaron la escena.

—Cálmate... Hikari... —Al principio tenía el objetivo de tranquilizarla, pero por la falta de aire por la fuerza que ejercía la contraria, apenas pudo hablar y, más encima, entre cortadamente—. No... resp... —No alcanzó a emitir otra palabra, ya que cayó inconsciente.

—¡Hikari, suéltala! —gritó un exaltado Rikuto, separando a ambas muchachas.

—¡Natsuki-sama! —Varios shinigamis fueron a socorrerla.

—Ay no... ¿Qué hice...? —dijo Hikari, tapándose la boca con ambas manos, y llorando aún más.

—Descuide teniente. Sólo se desmayó, nada más —dijo Rikuto, abrazándola—. Llévenla a su cuarto y atiendan a la capitana —ordenó a los cegadores que estaban junto a Natsuki.

—¡Si, tercer al mando!

Cuando se llevaron a Natsuki a su habitación, un pequeño grupo de shinigamis especializados en curación la acompañaron, atendiéndola en su cama.

🔥❄️

—Teniente Hikari, tranquila, la capitana está bien...

Consolándola, le acarició el cabello.

Ambos shinigamis se habían ido a la oficina de la teniente para tener una charla más tranquila. Los dos estaban sentados en un mismo sillón, uno al lado del otro.

— Pero... —dijo la chica entre sollozos—. Me preocupa mucho...

—Tengo entendido que usted y la capitana son amigas de la infancia, y sobretodo que son muy cercanas. Estoy en lo correcto, ¿verdad?

—Sí... Nos conocimos cuando teníamos siete años... ¿Te gustaría qué te contase cómo fue? —ofreció, con nariz y ojos rojos, fruto del llanto.

—Claro, me encantaría —respondió, a la vez qué le limpiaba las lágrimas que quedaron en sus mejillas con un pañuelo.

—Bueno... Esto ocurrió cuando yo estaba en un callejon, jugando con otra amiga, y Natsuki estaba dando un paseo por esa zona del Rukongai sin importale que fuera pobre y ella perteneciese a una de las Casas Nobles, porque, por si no lo sabes, su segundo apellido es Kuchiki... Natsuki Iwakura Kuchiki...

La nueva capitana (Toshiro Hitsugaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora