Introcuducción

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Los ángeles son seres sobrenaturales cuya función principal es servir a la deidad suprema: El Creador de todo. Estos seres carecen de alma,a diferencia de los humanos que nacen un con una, por lo que no pueden trascender, sin embargo, ellos cuentan con la inmortalidad, poderes curativos y sobrenaturales. La apariencia de los ángeles es humana pero lo que los diferencia de los demás seres son un par de alas tan blancas y puras detrás de su espalda junto con peculiares ojos que hace recordar a los mortales que no son iguales.

Cada ángel tiene una función específica desde el cuidado de los humanos, ángeles de la guarda, hasta guerreros contra los demonios que buscan la discordia entre las creaciones del Creador, arcángeles. Estos seres habitaban en el Paraíso y la mayor parte del tiempo son felices con su trabajo monótono.

Tulio Triviño era un ángel mensajero, su trabajo constaba en llevar toda la información y órdenes  del ángel supremo: Eusebio Manguera. 

Tulio resaltaba entre estos seres: con cabellos rubios cenizos perfectamente acomodado, una piel blanca y cremosa, labios rosados, unos hermosos ojos dorados  y una altura de 1.90 c.m. destacaba por su arrogancia, ser un miedoso en sus misiones para los arcángeles y porque no parecía encajar entre sus compañeros que estaban cómodos con sus trabajos. Siempre pensó que había algo más en su vida, durante varios días se cuestionó si  el Creador no contemplaba una vida más agitada para los seres inmortales y añorada encontrar ese algo especial que le diera sentido a su vida.

Nuestra historia comienza con un Tulio miraba con aburrimiento y algo de pesar aquel hermoso paisaje que lo rodeaba en el Paraíso: árboles frutales, césped muy bien cortado y varias flores de colores como amarillo, rosa y rojo que adornaba de manera majestuosa el paraíso.

-Tulio- la tímida voz del albino lo sacó de su melancolía. 

Juanín era la típica definición de ángel: completamente albino, pequeño, su flequillo tapaba sus ojos color rosa y unas lindas mejillas sonrojadas era la apariencia de tal angelical ser.

- Gracias al Creador que por fin te encuentro- al parecer había corrido demasiado por lo que se encontraba exhausto- ¿Por qué siempre vienes a la parte más alejada del Paraíso?  Si no te conociera jamás te encontraría.

-¿Ahora qué pasa, Juanin?- sin mirarlo le preguntó Tulio.

Juanin observó cómo su mejor amigo parecía apagado, soltó un suspiro y con algo de preocupación dijo- Tulio, el señor Manguera te está buscando- esas palabras tensaron al más alto- Al parecer quiere que cumplas una nueva misión y de seguro te dará un sermón por dejar el trabajo a medias la última vez.

-Juanin ¿Por qué no le dices que no estoy porque ... estoy trabajando?- le sugirió a su pequeño amigo aunque este solo se cruzo de brazos.

-Ajá ¿Y en qué se supone que estarías trabajando si el señor Manguera te da las órdenes?-  Tulio se regaño internamente por la pobre excusa que deseaba inventar- Vamos deja de poner excusas, sabes que tarde o temprano tendrás que verlo y mientras más rápido sea más tranquilo disfrutaras tu tiempo.

-Bien, bien- Tulio suspiro de manera pesada y su dorada mirada se posó en su amigo- ¿Dónde se encuentra el señor Manguera?

-En el Palacio de las Rosas, tengo algunas cosas que hacer por allá así que con gusto podemos ir juntos- sugirió el menor con una linda sonrisa. 

Tulio solo asintió y comenzó a seguir el paso de Juanín.

El camino fue pesado para Tulio, le temía a Eusebio Manguera como un hijo suele temer a su padre cuando sabe que algo hizo mal. En los últimos meses había fallado u olvidado sus misiones lo que provocaba choques con su superior, el poner en riesgo su integridad por demonios o humanos que deseaban el conocimiento de la inmortalidad solo por enviar una estúpida carta lo hacía dudar. Tulio sabía que no podía morir pero eso hacía que se cuestionara su existencia ¿Para qué hacer todo lo que se supone que debe hacer? ¿Debería ser feliz con solo enviar mensajes toda su vida? Todos parecían felices con su trabaja desde Juanin cuidando a los infantes y adultos mayores hasta Cindy que pelaba arduamente con seres aterradores... Él deseaba algo más.

Alluring SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora