Juan Carlos despertó en su departamente de mala muerte, había tenido un sueño tan extraño sobre perder a alguien importante y cuidar con mucho amor a otra persona por lo que se sentía bastante melancólico sobre todo porque lo que vivió en aquel sueño se sintió tan real... Como si fuera otra vida. Sin embargo, apenas abrió los ojos el sueño se desvaneció en su mente.
-Debo dejar de beber alcohol, Juanini y Tulio me darán un sermón sobre ello si se enteran de esto- habló con pesar pero sintió como de sus mejillas caía un líquido cálido, al llevarse una de sus manos al rostro se sorprendió- ¿Por qué diablos estoy llorando?
Por alguna razón sintió la necesidad de ver a Tulio, su mejor amigo desde la infancia, queria saber que se encontraba bien pues tenía un miedo irracional de haberlo perdido. Con rapidez tomó su celular y marcó el primer número que encontró, sabía que lo tenía en prioritarios aunque siempre lo negaría.
El celular comenzó a sonar pero no había respuesta, eso hizo que su corazón se sintiera pesado, sentía ese sentimiento de pérdida tan presente que volvió a marcar reiteradas veces hasta que por fin atendieron su llamada.
-¿Bueno?- La voz somnolienta de Tulio por fin contestó.
-¿Tulio, estas bien?- Su voz sonaba desesperada hasta para el mismo.
-Por supuesto ¿Por qué estaría mal?- la voz del otro lado sonaba confundida y preocupada por el tono que usaba el pelirrojo.
-Yo... yo solo sentí que ya no estabas aquí.- la tristeza se hacía presente en su voz alertando a la otra persona del otro lado del celular.
Un silencio se produjo por unos momentos, Juan Carlos se sentía como un completo idiota al sentir esa ansiedad de saber sobre su narcisista amigo pero de verdad quería verlo, abrazarlo e incluso... No, eso último no, debía fingir que no sentía nada más que una amistad.
-¿Quieres venir a mi casa?- pregunto Tulio con dulzura aunque todavía se escuchaba algo cansado, era su manera de demostrar su cariño por su ludópata amigo.
-Estaré allí en unos minutos, no te atrevas a quedarte dormido.- Amenazó el pelirrojo al notar que eran las 3 de la mañana.
-Lo prometo.
-Gracias, mi angelito.- Colgó sin saber porqué lo llamo así.
Juan Carlos suspiró, tomó su chaqueta negra y las llaves de su motocicleta. Mientras manejaba a la mansión de su amigo no pudo evitar notar sentir como esto representaba una gran oportunidad de tener un momento a solas con Tulio pues después de tantos años la distancia se había presentado, ya sea por su trabajo o las escapadas que tenía a otros lugares como la casa de apuestas o el hipódromo.
Mientras manejaba, el pelirrojo reflexionaba un poco: Desde el primer día en que se conocieron, supo que ese niño mimado y rubio sería su gran compañero y un dolor de cabeza. La manera que se aferraba el rubio a él siempre le pareció curiosa pero no desagradable, la forma en que Tulio solía abrazarlo con emoción al descubrir lo más insignificante del mundo le causaba ternura y esos orbes dorados siempre orgullosos era lo más hermoso que había visto... Es como si su encuentro estuviera predestinado.
Al parar en un semáforo en rojo noto que al lado de la carretera había un pequeño parque, no le extrañó por la zona residencial en la que vivía Tulio pero sintió gran nostalgia al ver lirios y lilas bailando al son del viento. Eran sus flores favoritas desde que tenía memoria.
Continuó su recorrido y llegó a la mansión de Tulio, tenía las llaves por lo que no se molestó en tocar pero se sorprendió al ver al rubio esperándolo desde su balcón, temblando un poco de frio por solo tener encima su lujosa pijama y con el cabello completamente alborotado.
-¡Juan Carlos!- casi gritó el conductor del noticiero al ver al pelirrojo entrar a su propiedad- ¿Te encuentras bien? ¿Por qué querías verme tan temprano?
La escena era curiosa, inclusive romántica, y eso hizo que Bodoque sonriera.- Dios, Tulio, esperándome así pareces una princesa de cuentos de hadas. Solo falta que cantes y controles a los animales para tener el combo completo.
-No soy una princesa- se indignó el mayor- En cualquier caso, sería un gran príncipe.
El pelirrojo ignoró el comentario -Voy a entrar, espero que no exista algún problema.
-Sabes que siempre serás bienvenido en mi hogar.
En poco tiempo ambos se encontraron en la sala de estar, había mucho silencio para dos personas que muchas veces no se podían quedar calladas.
-¿Y bueno?- trato de comenzar Tulio- ¿Qué pasó? No me esperaba tu llamada y por todo el trabajo que dejó el Señor Manguera estaba seguro que estarias agotado.
Juan Carlos frunció el ceño, ni él mismo sabía bien qué estaba pasando y la mención de Manguero lo hizo odiarlo sin saber muy bien el porque.
-No lo sé... Solo tenía la necesidad de verte... Yo... Yo creí que estabas en peligro. - La melancolía y el dolor inundaban cada palabra.
Tulio lo miraba confundido pero no le gusto ver aquella tristeza en la mirada que tanto amaba, rompía su corazón ver al pelirrojo triste.
-Estoy bien- se atrevió a tocar el rostro del pelirrojo, como una forma de brindarle esperanza, y lo miro a los ojos con compresión. Ámbar y negro se fundían en una mirada llena de tantos sentimientos- No tienes que preocuparte por mí, estaremos juntos por un largo rato y te prometo que esta vez no me iré a ningún lado- Hablo sin pensar bien el significado tan profundo de sus palabras.
Juan Carlos sintió un alivio tan profundo al escuchar aquellas palabras, no lo pensó mucho y abrazó con fuerza a Tulio... Ese olor a canela y vainilla que tanto le gustaba estaba presente, la pijama color blanco hacía que su acompañante se viera angelical y sentir la calidez del cuerpo del más alto lo llenaba de una gran paz.
-No quiero perderte, así que cumple tu promesa y quédate a mi lado- susurró el pelirrojo aferrándose al rubio, aferrándose a su nueva realidad.
Tulio correspondió el abrazo, se sentía completo y feliz al escuchar esas palabras- Te lo prometo, Juan Carlos Bodoque, yo daría todo de mi para estar a tu lado.
El corazón de ambos hombres latía con intensidad, se amaban desde hace tanto tiempo y desde otra vida. Sin pensarlo mucho y siguiendo su naturaleza impulsiva, Juan Carlos besó a Tulio, un beso tan intenso pero al mismo tiempo que significaba tanto para ambos. Al separarse solo pudieron mirarse con ese infinito amor que se tenían, se sonrieron de una manera cómplice y sabían que todo iba a estar bien.
Ninguno de los sabia que en otra vida, en otro tiempo siempre estuvieron destinados a estar juntos. Su amor, su fruto prohibido, tuvo consecuencias y mientras Juan Carlos cuido, crío y amó a su pequeña hija hasta sus últimos días donde incluso solo soñaba con reencontrase con Tulio, este último cumplia su castigo con la esperanza de que algún día se le permitiera reencarnar y estar con el ser que más había amado.
Ahora podían amarse de manera libre y sin que nadie interfiriera o llamara pecado a su amor.
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Alluring Secret
FanfictionTulio es un ángel, Juan Carlos un humano. Una unión prohibida por el Creador; un trágico drama de amor. Él se fue y ya no volverá las alas de un ángel peligrando están fue tiempo atrás cuando se enamoró un juicio divino su vida destruyó. Inspirado e...