Capítulo 30

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-Odio está cosa, la mantiene dormida por mucho tiempo.

Me empiezo a remover, pero me doy cuenta que estoy atada. Abro mis ojos, asustada, y me doy cuenta que estoy sobre la cama y mis manos se encuentran sobre mi cabeza, atadas al reposa cabezas. Mies piernas se encuentran estiradas y abiertas, también atadas.

Pero hay algo diferente.

Estoy desnuda.

Mi mirada se mueve frenéticamente, encontrándome con el mismo tipo de ojos azules. Mi respiración empieza a agitarse, el miedo vuelve a invadirme y trato de cerrar mis piernas, pero no lo consigo. ¡No quiero que me vea desnuda...! ¡Oh, Dios! Me... me... ¡Ni siquiera puedo pensarlo!

-Vaya princesa, mira que has pasado dormida por otro día más.- Dice. Se acerca y coloca su mano en mi vientre desnudo. Mi respiración se vuelve loca, niego con la cabeza, asustada.- Te ves hermosa... - Se pasa la lengua por sus labios.

De pronto, se aleja y puedo divisar la puerta detrás de él y se encuentra abierta, veo unos pocos sofás y una lampara. El tipo empieza a quitarse la camisa y la lanza al suelo. Mis ojos se llenan de lágrimas al saber qué es lo que hará. El tipo de mira con deseo y lujuria, me muero por tapar mis pechos, mi vientre, mi zona intima, mis piernas... todo. Se quita su cinturón y desliza sus pantalones por sus piernas. El tipo es muy musculoso... ¿Cómo podría combatir contra eso?

Mi corazón late fuerte, mi respiración se vuelve loca y lo único que quisiera en estos momentos, es estar muerta.

Tengo tanto miedo... maldición.

Me retuerzo al ver al tipo desnudo frente a mí. Empiezo a llorar y a gritar, me muevo y jalo mis manos, pero no me muevo y mis movimientos son tan bruscos que me lastiman y sale sangre de mis muñecas. Me retuerzo pero no consigo nada, grito tan fuerte como puedo mientras que mis lágrimas bailan sobre mis mejillas. Mis gritos son amortiguados por la tela sobre mi boca, pero eso no me detiene y sigo gritando. El tipo se lanza sobre mi y me pega en la cara, pero el dolor no se compara con mi deseo de morir.

-¡Cállate, perra!

Niego con mi cabeza, le ruego con la mirada que no me haga nada... por favor, que alguien me salve. El tipo al ver que mis gritos han cesado un poco, se sube a la cama y se pone de rodillas entre mis piernas.

-¡Por favor, no me hagas daño, por favor! - Digo, pero mis palabras no se entienden.

El tipo es un maldito sádico, al verme así le provoca excitación y una asquerosa erección... por favor... no. Se inclina y roza levemente mis pechos con sus manos, mientras que yo hago una mueca de asco y dolor. Mi pecho vibra ante los sollozos.

¿Por qué a mí...? No dejo de llorar, tengo tanto miedo... ¿Así es cómo estoy pagando todo lo malo? Demonios... tengo tanto miedo... Alguien... que me... ayude.

El tipo me suelta de las piernas y me levanta como si fuese una pluma y me voltea, haciendo que quede boca, me toma de las caderas y hace que levante mi trasero. Mis manos han quedado en una incómoda posición y hace que me sangre más.

Grito como si mi vida depende de ello al sentirlo tan cerca de mí. Siento asco, repulsión y odio, tanto, que grito aún cuando mi garganta arde.

No me importa cuántas nalgadas me pega, no me importa, yo grito y grito... ¡Sólo grito!

Siento como el tipo se excita cada vez más al sentir mi entrada sobre su miembro... lloro, no dejo de llorar, grito sin importa que mis cuerdas bucales se lastimen. ¿Qué más da? ¡Después de esto...! Después de esto, mis ganas por morir, aumentarán.

Touching Your Dark SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora