Touching Your Dark Soul

Capítulo 38

Después de haber estado con James en su casa, pasarla genial, reír y bromear, tuve que volver a la realidad e ir a estudiar. Me gusta que la relación que James y yo tenemos no se base en sexo. James y yo solo hemos hecho el amor una sola vez, fue fascinante, maravilloso, y guardo mis deseos para mí, ya que quiero mantenerme a raya, pero con alguien como James es difícil. Frente a mí se encuentra una señora delgada, con unos lentes enormes, dando la clase, le doy toda mi atención y tomo notas. Una chica que se encuentra a mí lado me mira, pero le ignoro. Quiere decirme algo, pero aún no se atreve. La profesora hace unas anotaciones en la pizarra, le sigo y las escribo en mi cuaderno. Entonces, la chica me habla.

-Oye, disculpa, pero ¿Tienes un lápiz que me prestes?

-Sí, toma.- Le pasó un lápiz.

-¡Gracias! Por cierto, soy Alicia. ¡Un gusto! - Sonríe amablemente.

-Soy Arabella, Alicia.

-¡Oh! Tú eres Bella, lo siento, por Arabella creo que nadie te conoce.

-Sí, puede ser.- Asiento.

-¿Te gusta la música?

-Sí, de hecho, eso estoy estudiando.

-¡Genial! ¿Te gusta Dark Souls? - Ya sé por dónde va está chica.

-Sí, es una banda genial. Tienen buena música.

-¡Sí! Y el cantante principal ¡Está de muerte! Un día te vi con él en el estacionamiento, ¿Son pareja?

-Bueno, no, James es solo mi amigo.- Reprimo las ganas de gritarle en la cara que es mío.

-Pero lo besaste.

-Sí. - ¡Es mío, Alicia!

-¡Bueno! Ya que no son más que amigos, ¿Le das mi número? Dile que está para chuparse los dedos, que me llame lo antes posible y que nos veremos donde él quiera.

-¡Ni de coña le doy tú número y menos tú recado! - me rió.

Justo en ese momento, la campana suena y tomo mis libros y los meto en mi bolso, miró a la chica, Alicia, que ha quedado boquiabierta, le guiño el ojo y salgo del salón. Camino por el pasillo, con mi mochila, camino por el campus en busca de un árbol, en vez de estar en la cafetería, me encuentro sentada bajo un árbol con un libro entre mis manos. La brisa acaricia mis mejillas, disfruto de mi tiempo a solas, leo Baluarte de Elvira Sastre, me encanta cómo su poesía provoca sensaciones en mi, ¡Qué mujer!

Levanto la vista, mirando a las animadoras que hacen piruetas, mueven su lindo trasero que viste solo un pedazo de tela roja. El equipo de fútbol americano también hace su actuación en la zona, los tipos se encuentran sudorosos, pero se ve cuánto les gusta jugar. Uno de los tipos más altos me encuentra viéndolos, no sé quién es pero me saluda con la mano y me sonríe. Sonrió ante su entusiasmo y le saludo con la mano también, extrañada pero con una leve sonrisa. Desde aquí ni siquiera puedo ver los rasgos del chico. Vuelvo a sentrarme en el libro. Me deleito de las maravillosas letras de Elvira, de su amor en la poesía.

-Hola. - escucho. Levanto la vista, viendo frente a mi al mismo chico que me saludó.

Está sudoroso con su uniforme y tiene el balón entre sus manos. Su cabello es negro como el azabache, sus ojos son color miel claro y tiene un lindo lunar a la par de la comisura de su labio.

-Hola.- Entrecierro los ojos, ya que detrás del chico hay un hermoso sol iluminando.

-Soy Davis, un gusto. - El chico, sin ser invitado, se sienta frente a mí con sus pies cruzados.