Touching Your Dark Soul

Capítulo 39

No sé qué hacer con mi vida, literalmente. Ashley... ha... muerto. No... puedo ni... pronunciarlo. No quiero aceptarlo. Han pasado tres días. Tres días llenos de llanto, dolor, tristeza y gritos. ¿Saben qué dijo el oficial después de haber "investigado" el caso? Fue acto de suicidio. Ashley se suicidó. ¡No...! Eso es... imposible. Sé qué esto era la venganza de ese imbécil... mi amiga... No quiero aceptarlo... no puedo creerlo. James no me ha apoyado, no lo he visto y no he recibido ningún mensaje. Está ocupado consolando a Daniel. Daniel, quién la engaño. Y yo, que he pasado toda su vida apoyandola. Estoy sola. Sola entre lágrimas. No puedo dejar de llorar... lo siento... Pero es Ashley. Mi mejor amiga desde la infancia... mis papás ya saben, al igual que la familia Lewis, todos estamos de luto. Ayer fue el entierro. No fui. Yo no estoy aún lista para decirle adiós. Nunca lo estaré. No puedo estar aquí, todo me recuerda a ella, cada cosa de esta maldita casa. Cierro mis ojos, fuertemente, tratando de apagar todo, pero puedo sentir hasta su perfume. Necesito a James. Necesito que me abrace, que me diga que todo estará bien. Pero no hace ni acto de presencia. En un arrebato, me pongo de pie y empiezo a tomar toda mi ropa, la lanzó a una maleta. No puedo.

-¡No puedo, lo siento, NO PUEDO! - Grito entre lágrimas.

Lanzó toda mi ropa, tomo cada cosa de valor y la guardo. Estoy tan sola. Tomo mis pertenencias, mi chequera y llamo a un taxi desde el teléfono fijo. Mientras espero, tomo un vaso de agua, para luego lanzarlo, haciendo que se estrelle en la pared. Es tan asfixiante, no puedo... No puedo...

No puedo, lo siento. No me busquen. Yo lo haré. Papás, los amo. James, gracias por dejarme sola cuando más te necesité. Señor y señora Lewis, estoy sufriendo tanto o más que ustedes. Por favor, no me busquen. Juro que me mantendré en contacto, papás. James, tú tampoco me busques, lo siento, gracias por los buenos momentos... adiós.

-Bella.

Salgo corriendo, me subo al taxi, el señor me mira extrañada, las lágrimas ya empezaron a brotar.

-Al aeropuerto.- ordenó, entre sollozos.

El señor no dice nada, sólo asiente. En el transcurso, las lágrimas no me abandonan, tapó mi boca con mis manos para amortiguar los sollozos, pero no puedo dejar de llorar. Quizás sea una decisión estúpida, pero ya no me importa. Estoy tan mal que no me importa.

Después de un largo recorrido en el taxi, he llegado. Le pagó al señor, pero me habla justo antes de darme la vuelta e irme.

-Huya, váyase, corra, pero sea fuerte.

Y se va. Miro el taxi irse. Pero luego, giro y camino. Voy a la aerolínea, donde una mujer me atiende.

-Un vuelo para Inglaterra, por favor.

Siempre quise ir a Inglaterra. Lo digo sin pensar y sin vacilar. La mujer sonríe y empieza a decime no sé qué cosas, luego respondo y le doy mi tarjeta de crédito. Tengo el vuelo en mis manos. Me alejo y me siento, con mis maletas en mano. Una anciana se sienta a la par mía.

-Pasajeros del vuelo 3745 con destino a Inglaterra, favor de abordar. - resuena.

Mi corazón golpetea y las lágrimas amenazan con salir, nuevamente. Pero doy todo de mi para no llorar. Tras caminar, sentir mi corazón en la boca, e abordado el avión.

Mis ojos arden, duelen y están cansados de llorar. Pasé la mitad del vuelo llorando. Ahora, pasaré la otra mitad durmiendo.

* * *
Camino por el aeropuerto de Inglaterra, ni siquiera me siento emocionada de estar aquí, un país que siempre deseé visitar. Llevo mis maletas, con una ojeras enormes, pido un taxi y subo en él. No sé por dónde voy, a dónde voy y para qué voy.

-Disculpe... ¿Puede llevarme a un hotel? El más cercano.

-Claro, señorita.

Asiento. Miro por la ventana, Inglaterra es un hermoso lugar.

Estoy aquí para alejarme de todos. No quiero que nadie me busque, no quiero ver a nadie. No voy a estar bien, así que, déjenme sola. Es lo menos que todos podrían hacer. James no tiene que buscarme, me dejó sola, y creo que está enojado por haber ido a esa fiesta. No me importa. Bueno, sí. Pero el prefirió estar con Daniel, y lo entiendo, es su amigo, lo conoce desde más tiempo que a mi. Claro, el tiene más prioridad. Niego con la cabeza, tratando de mandar a volar las lágrimas.

-Como si yo no estuviera sufriendo... - susurro para mi misma.

Suspiro.

-Señorita, este es un buen hotel y barato, espero que disfrute de su estadía.

-Muchas gracias.- mi voz suena cansada.

Me bajo del taxi y el señor me ayuda con mis maletas. Inglaterra... mi nuevo hogar.

FIN.