No podía esperar más, tenía que ir a la Universidad, reponer clases, estudiar mucho, trabajar; los exámenes se acercan, lo bueno es que Música ya la tengo aprobada, ¿Pero y las demás? Por lo que, hoy me aliste y salí directamente a la universidad, claro que James no me dejo irme sola, por lo que agradezco. Mientras no tenga mi auto, James será mi chofer. Práctico violín, cada vez voy mejor y el profesor Owen me ha felicitado. He copiado las clases que me faltan y prestado notas. Me han dejado más trabajos de los debidos, estoy saturada.
En el almuerzo, me siento con mi bandeja frente a mí y mí comida. Como fruta en silencio y observo la fruta, no levantó la vista ni miró lo que sucede a mi alrededor. En mi mente rondea toda la tarea que tengo que hacer, las notas que tengo que copiar, los exámenes... Levantó la vista al ver a Oliver frente a mí, con una pequeña sonrisa.
-Guau, al fin decidiste regresar.
-Sí, ya era hora.— digo, tratando de sonar normal y no muy pesada.
-Tienes mucho que hacer. ¿Quieres que te ayude?
-¿Hablas en serio? — Digo, imaginado menos sobrecarga.
-¡Claro! ¿Qué tal si quedamos en mi casa?
-No sé... —James se pondría furioso.— ¿Mejor en mi casa?
-Claro, por mí no hay problema. ¿A qué horas llegó?
-¿Te parece bien a las 4:30?
-Está bien... tengo clases, nos vemos luego.— se despide besándome en la mejilla.
Ok. Sigo comiendo mi fruta, disfruto de las fresas y la sandía. Al terminar, botó la fruta que deje, tomo mis libros y me voy. Camino por el campus, hay chicos jugando fútbol, las animadoras practicando, chicos estudiando bajo árboles. De pronto, siento una mirada muy fuerte sobre mi, me siento muy observada, pero cuando volteó a ver a todos lados, no hay nadie observando, todos están concentrados en sus tareas.
-No estés con mierdas.— pienso y sigo caminando.
Pero aún me siento presionada y vigilada. ¿Qué demonios te pasa?, me digo. Empiezo a caminar más rápido, sin ningún punto en fijo, camino y miró a todos lados. Me siento perseguida. Mi cabello me cubre mi rostro por el viento y trató de ver entre mechones. Al pasar, chocó contra una chica, haciendo que sus libros caigan al suelo.
-¡Lo siento! — Grito sobre mi hombro. No me detengo a ayudarle, sigo mí camino.
En el estacionamiento, sigo caminando entre autos, sin ver el de James. Miro sobre mi hombro, pero no hay nadie. Mi corazón brinca. Alguien me toma de los hombros y me sacude. James. Mi corazón suspira de alivio. Con una mano aleja los mechones de mi rostro y acaricia mi mejilla.
-Nena, ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? — asiento y James me abraza.
Envuelvo mis brazos en la cintura de James, posó mi cabeza sobre su pecho. Doy leves respiraciones, tratando de calmar todo mi cuerpo y mis temblores, que ni me había dado cuenta de que temblaba. Cierro mis ojos.
-Muñeca, ¿Todo bien? — me besa en la coronilla.
-Sí.— mi voz es ronca. Me aclaro la garganta.
Me alejo de James y vuelvo a mirar a nuestro alrededor, notando cómo todo el campus nos mira y se susurran entre ellos. Nadie sabe que somos novios, menos la prensa, por que si no, ya hubiéramos sido bombardeados por flash y preguntas. Las animadoras babean sin descaro, mirándome con desprecio a mí, pero babeando por James. Miro a James y le doy un beso, James me toma de la cintura, pero nos alejamos luego. Malditas perras, en su cara, pienso. James me abre la puerta del auto y me sonrojo. Me deslizó dentro del auto y veo a James rodea el auto para luego subir en él. Maneja concentrado, mirando al frente impasible, tan atractivo como siempre, su perfil es sensual y hermoso, me encanta como sus dedos tatuados tomando el volante. James me mira y sus ojos están realmente hermosos, tan verdes como el limón. Sin pensarlo, empiezo a cantarle.
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Touching Your Dark Soul
RomanceLa música los unía... pero había algo más que se creaba entre ellos: amor. Sin darse cuenta, empezaron a amarse profundamente, evitando los problemas... pero todo es tan complicado. Porque ella es agua y el aceite. Porque ella es tierra y el cielo...