Empiezo a abrir mis ojos. Una brisa acaricia mis mejillas y sonrió soñolienta. Me siento cálida y feliz. Fue una buena noche. A pesar de todo, digo. Siento que me balanceo un poco, pero seguramente es por tanta cerveza que bebí ayer. Ignoro eso. Decido aún no abrir mis ojos, ya que la sensación es relajante. Temo que al despertar, la resaca se vuelva un karma y me joda. También temo que al despertar, todo lo bueno se evapore. James está en algún lado, cerca de mí y no quiero verlo. Me trató muy mal ayer, pero yo no me le quede atrás. No puedo ser dulce con él si él no lo es conmigo. Lo siento, pero doy lo que recibo; así nadie sale perdiendo. Respiro es aroma, sal y mar. Delicioso mar. Oigo el sonido de las aves. La brisa. Es relajante.
Los leves movimientos no cesan. Abro mis ojos. Me siento bruscamente. No me jodan. Estoy en una colchoneta, flotando en el mar. Mi corazón late fuerte. Hijos de la fruta. Miro a mi alrededor, a mis espaldas sólo hay agua, pero frente a mi esta la orilla. A lo lejos, diviso a todos riéndose de su linda broma. Les muestro mi dedo corazón y se ríen más. James es el único que no se ríe. Lo distingo por su piel llena de tinta. ¿Cómo carajos llegó hasta allá? Sé qué, obviamente nadando.
¿El problema? No sé nadar a la perfección.
Puede que me mantenga flotando unos 3 minutos, y trate de nadar, pero me canso rápido. Además, le tengo un poco de pavor a las profundidades. Mi corazón golpea, el pánico acechando mi cuerpo. No sé nada a la perfección. No puedo. Me hundiré. Me ahogaré. Miro el agua por debajo de mi, el agua es tan azul claro que me imagino hundiéndome. Entonces, todo regresa a mi mente.
Qué bonita agua. Es la mejor piscina que mami y papi han conseguido. Mami y papi me trajeron a este lugar para que jugará. Mis manos están envueltas en Mimi, mi mejor amiga, la mejor mamá oso del mundo. El delantal de cocina de Mimi cae al agua. Mimi empieza a llorar, con ese delantal cocina sus ricas galletas. Mimi llora, y dice que no podrá cocinar más galletas para sus h ijos osos. Ni para mí. Dejo a Mimi en el suelo de cristal. Me siento en mis rodillas, y me estiró para tomar el delantal. Pero se aleja más. Papi no está para ayudar, tampoco mami. Arabella tiene que hacer esto, por Mimi. Me estiró más, tanto que caigo al agua cristalina. No puedo respirar. Trato de hacer algo, pero lo único que consigo es hundirme más. Junto con el delantal de Mimi. Lágrimas caen y se difunden con el agua. Algo dentro de mi pecho duele. Mucho. Trato de gritar pero burbujas salen de mi boca. Son bastante lindas. Caigo y no sé qué es lo qué pasa. Quisiera que mami y papi me ayudaran. Empiezo a cerrar mis ojos, poco a poco. Escucho gritos amortiguados. Creo que son de mami. No, mami, no llores... veo negro. Anantes siento unas manos fuertes en mis axilas, tomándome y sacándome del agua. Aún no puedo respirar. ¿Mamá? ¿papá? Escupiendo agua de mi boca y veo a Mimi que aún llora.
Siento unos brazos a mi alrededor, fuertes, llenos de tinta. No me había dado cuenta que estaba gritando. Miro con ojos aterrados los ojos verdes de James. Mi pecho sube y baja sumamente rápido. Mi vista se nubla.
-Tranquila, Arabella, estás conmigo, estarás bien.
-Me estaba ahogando, James, ¡Estaba muriendo! — miró a mi alrededor, llena de temor. Trato de alejarme del agua, pero ¡Está por todas partes!
-Arabella, no dejaré que te mueras ahogada. Estás conmigo.
Me pierdo en un túnel verde. Y no sé qué es peor, sentir que me ahogó o estar perdida en la mirada de James.
-Tengo miedo.— confieso.
Mis extremidades tiemblan, y tengo miedo. Mucho miedo. Mimi... Oh, no pude salvar el delantal de Mimi y casi me ahogó. Miro frenéticamente al mar. Nunca me había pasado algo así. Me adentro en piscinas, me baño a la orilla del mar, pero nunca había estado tan lejos de la orilla.
-Lo sé, pero nada te pasará. Te lo juro.
Miro que James ni siquiera está sobre la colchoneta, está con su cuerpo metido en el agua, dejando arriba su cabeza, casi a mi altura.
-Te llevaré a la orilla. No tengas miedo del movimiento, nadaré y llevaré conmigo la colchoneta. ¿Estás de acuerdo? — habla despacio, como si temiera que no lo lograré entender. — ¿Estás bien con eso? — dice, esperando alguna respuesta mía que aún no puedo dar.
-¿Y si me caigo? — mi voz tiembla.
-No, no te caerás. Lo prometo. — levanta su dedo meñique. Lo entrelazo con el mío.
Poco a poco, James empieza a nadar y llevarse consigo la colchoneta. Mis dedos tiemblan. Mis labios tiemblan. Incluso, tengo frío. Y estoy sudando como un cerdo. James con una mano jala la colchoneta, con la otra nada sobre las pequeñitas olas del mar. A cada momento, me voltea a ver y me regala una sonrisa tranquilizante. Suspiro. Qué bien se siente llenar mis pulmones con aire y no con agua. Doy todo de mi para relajarme. Poco a poco, llegamos a la orilla. Arruine nuestro día. James me toma en brazos y me saca por lo que queda del mar, no deja que el agua toque ni mis pies. Con pies temblorosos, me deja de pie. Me toma de los hombros y me mira fijamente.
-No sabes lo asustado que me puse cuando me desperté con tus gritos. — sus ojos me lo demuestran en este instante.— estoy contento que estés bien.
Me estrecha en un abrazo; envuelvo mis manos en su cintura. Reprimo un sollozo. Ashley me arranca de los brazos de James, me estudia, me toca las mejillas y los brazos, asegurándose que sea yo y no una imaginación.
-¡Mierda! Pensé... pensé... ¡Oh, mi Dios! No sabía lo que harían, ¡No sabía! ¡Lo siento tanto! — me jala a sus brazos y llora. Ella sabe mi experiencia.
-Estoy bien.— mi voz sale rara y me arde la garganta de tanto gritar.— Lo estoy.
-Oh, Dios...
Dan, Cameron y Roy se ven bastante arrepentidos, sus miradas están llenas de peso y culpa. Ellos no saben mi experiencia. Ellos no saben lo que he vivido. Se acercan a mí, como a cabeza gacha. Están inquietos, mueven su pie con culpa. Paren tres niños que acaban de ser regañados.
-Lo siento.— murmuran los tres.
James se acerca a ellos, enojado.— jamás en su puta vida le vuelvan a hacer una broma a ella. No me importará, les patearé el culo.
-Chicos, está bien.
James entrelaza sus dedos con los míos muy posesivo. Estoy muy cansada para protestar. Casi corre pero me niego a esforzarme y seguir su paso. Demasiado cansada. James se voltea, me toma entre sus brazos y me carga. Demasiado cansada para protestar, así que sólo me acurruco en su pecho. James me mete en el asiento del copiloto de su auto, llevo mis rodillas al pecho y reposo mi mejilla en ellas. Miro a James entrar al auto y darle vida al motor. Estoy tan cansada.
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Touching Your Dark Soul
Roman d'amourLa música los unía... pero había algo más que se creaba entre ellos: amor. Sin darse cuenta, empezaron a amarse profundamente, evitando los problemas... pero todo es tan complicado. Porque ella es agua y el aceite. Porque ella es tierra y el cielo...