Capítulo 34

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-¡No me importa, James! - le grito.

-Claro que te importa.- gruñe.

-¡No, haz lo que quieras!

-¡Siempre hago lo que quiero!

-¡Pues bien, vete al carajo!

-¡No quiero ir al carajo!

-¡Me vale verga si no quieres irte al carajo, pero no te quiero aquí! - exploto y suelto semejante grosería.

Lanzo una silla al suelo con brusquedad. Camino enojada hacia mi habitación, pero James me toma del codo y hace que gire completamente para que le encare. Mi sangre quema y fulmino a James con la mirada.

-¡Suéltame, pedazo de rata inmunda! - le grito en la cara.

-¡¿Por qué tienes que ser malditamente irritable, joder?!

-¡Porque quiero y porque puedo!

Forcejeo y trato de salir de su agarre, pero me sujeta con firmeza y maldigo mentalmente por no ser hombre y quebrarle la nariz. Nuestras respiraciones son fuertes y forzadas, lucho por que me suelte pero no lo logro, solo consigo que James me sujete con más fuerza.

-¡Tranquilízate, joder!

-¡No, mierda, no!

-¡Me cago en el puto Dios! ¡Relaja tu culo y respira, demonios!

-¡Cágate todo lo que quieras en el puto Dios! ¡Solo suéltame y vete!

-¡Bien! ¡Me voy! - por fin me suelta y gira.

Lo miro irse pero antes de salir del apartamento, se detiene y se gira, me mira y se acerca. Ahueca mis mejillas y estrella su boca sobre la mía. Me roba el aliento y luego de un segundo, se aleja y se va con paso pesado.

-¡Pendejo, no vuelvas a besarme! - le grito a su espalda.

James vuelve a detenerse. Se gira y camina nuevamente hacía mí, sé qué viene a besarme, otra vez, por lo que giro y corro. Me adentro al baño y cuando voy a cerrar la puerta, él logra deslizarse y colarse. Me contramina contra la pared con su cuerpo y eleva su mano a mi nuca, haciendo que mantenga quieta mi cabeza. Y vuelve a besarme. No puedo evitarlo, por lo que inconscientemente, lo beso también. Jadeamos ante la intensidad del beso, James me roba el aliento y mi enojo crece. ¿Qué se cree? ¿Qué puede besarme cuando se le pegue la regalada gana? ¡No, señor! Empiezo a alejarlo de mí con mis manos, lo consigo y empiezo a pegarle en el pecho tan fuerte como puedo.

-¡No! ¡Vuelvas! ¡A besarme! - por cada palabra, le pego en el pecho.

Y cómo si fuese una orden, pero al revés, vuelve a besarme. Intenso, fuerte y posesivo. Mi lengua combate contra la suya, no le doy tregua, no me rindo y lucho. Mis manos vuelan a su cabello y lo jalo, haciendo que se acerque más a mí, mis manos se meten por debajo de su camisa y clavó mis uñas en su espalda. James me toma de la cintura y me presiona más a él, es como si hubiera más espacio entre nosotros y queremos que no lo haya y en realidad, no lo hay. James me eleva y envuelvo mis piernas en su cintura, siento la erección de James palpitar justo en mi centro. Muevo mis caderas, frotándome sobre él, me restriego en él y lo escucho gemir. James me toma del trasero y lo masajea, enviando electricidad por todo mi cuerpo. Me alejo de su boca para tomar una bocanada de aire y volver a besarle, está vez lamo y succiono en la piel de James, dejándole una sombra oscura en su piel que adorna un tatuaje. Me hago un camino de besos húmedos y llegó hasta su oreja, donde mi legua juega con está. Siento el cuello de James erizarse. Me bajo de James y le arranco la camisa, le beso toda la piel expuesta. James también me arranca la camisa y besa mi piel, jadeo y elevo gemidos al cielo. De pronto, me encuentro sin ropa, absolutamente nada y sobre los hombros de James, con su boca entre mis piernas. No sé en qué momento James me levanto e hizo que me sentará sobre sus hombros, sólo sé que James me lleva a la gloria con su lengua. Gimo y me retuerzo, Santo Carajo, esto es tan... mierda... ¿Fascinante? ¿Excitante? ¿Delicioso? Tantas palabras para definir semejante cosa. Mi espalda conecta la pared fría y siento como la lengua de James toca un punto bastante débil.

-¡James! - Digo entre un gemido.

-Muy deliciosa, nena...- ronronea justo sobre mi intimidad.

James, como el experto que es, me roba suspiros y gemidos, madre mía, me hace estar en el infierno y creer que es el cielo. Empiezo a pronunciar su nombre cuando siento que explotaré de placer.

-Eso es, muñeca, grita el nombre de este puto Dios.

Y exploto, destrozada por un gran orgasmo que cobra vida y me mata de a poco. James lame mis jugos y me daría pena, pero estoy muy cansada y extasiada como para que esa sensación me abarque y me consuma.

-¡Guau! - Digo suavemente, entre un suspiro y gemido.

Eso estuvo... tan solamente... guau. Jamás había hecho algo así, jamás me habían hecho sentir así. Recobro el aliento, dando suave bocanadas de aire, tratando de calmar mi corazón que brinca sobre mi pecho como loco. Siento que he corrido un jodido maratón, estoy que me muero de excitación. Ahora creo que puedo entender a Ashley y a Daniel, ahora sé qué esto es excitante y emocionante y más cuando lo haces con la persona que quieres.

Me doy cuenta que James me baja de sus hombros y me acuna en sus brazos como una bebé y me besa tiernamente sobre la frente. James se sienta en el suelo con sus piernas estiradas, me siento sobre él con mis talones tocando el suelo. Desnuda, sin ninguna vergüenza y no sé por qué, pero no me da vergüenza, me acurruco en su pecho y su erección pincha mi trasero desnudo.

Y así nos mantenemos como por dos horas, juntos sin ninguna vergüenza. Después de la semejante pelea, estamos aquí, tan unidos como podemos. Mis pezones rozan el abdomen de James y al instante se erizan. Guau, me sorprende cómo me puede poner este hombre. Es sensacional.

Touching Your Dark SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora