VALEN MÁS
Dedicado a ti que sientes
que perdiste la batalla;
siempre hay una luz que
te guiará.EMMA
Ya van siete días que no veo a Goerge, lo sabía, solo estaba jugando conmigo y yo de idiota cayendo en su juego.
Eso me ganó por tratar de vivir una vida normal, últimamente he estado de mal humor, no específicamente por el australiano sino que toda la semana he soñado con papá.
No me mal entiendan, me encanta soñar con el pero es frustrante que al despertar no esté. Estoy tirada en el suelo de mi habitación pensando en tantas cosas, cosas que no debería.
Volteo y veo lo que tengo escondido bajo mi cama, siento como un ormigueo recorre mi cuello. Cierro los ojos apartando la idea ¿porqué tengo algo así aquí? Se supone que esas ideas ya no rondan por mi cabeza, me la paso animada con mis amigos en la escuela pero cuando entro aquí es como si todo fuera una farsa, y es que lo es, anhelo el día de encontrarme con mi rey.
He sido una mala princesa, no he querido aspirar a ser reina porque mis sueños eran con él. Aunque ahora a pesar de pensar en el y sentirme mal, está vez no lloro, no siento la necesidad de hacerlo desde el domingo anterior cuando me desahogue en aquella montaña. Eso es algo que debo agradecerle a Goerge.
- Te juro que el que estés con las piernas abiertas no ayuda a mantenerme al margen contigo - hablan y abro los ojos enseguida topándome con George parado frente a la ventana con los brazos sobre su pecho.
- ¿Desde hace cuanto estas ahí? - le digo apoyándome en los codos aún el suelo.
- Un buen tiempo - dice acercándose- quería... estaba pensando... en... es que... - alzo la ceja al ver que no dice nada - ¡Joder! ¡¿Puedes cerrar las piernas?! ¡no puedo concentrarme!
El color sube a mis mejillas cuando noto que ni siquiera había cerrado mis piernas, estoy a punto de hacerlo cuando el me lo impide posándose de rodillas en medio de éstas. Se inclina sobre mi apoyando sus manos en el suelo mientras que yo empiezo a temblar.
- Hola loca - dice cerca de mi boca
- ¿Qué tan ocupado has estado que ni siquiera saludas en una semana entera? - le reclamo.
- Posesiva ¿eh? - dice sonriendo- me gusta - ruedo los ojos - perdona, he tenido demasiado que hacer en la universidad y el entrenamiento me deja tan agotado que no he podido venir a verte.
- ¿Entrenamiento? - le digo
- Sí, entreno boxeo - contesta y ahora entiendo porqué tiene ese cuerpo- pero sin competir. Solo es entrenamiento.
- Entiendo- le digo.
- Te juro que quiero seguirte contando mi semana pero ya no me aguanto.
- ¿Qué es lo que no agu... - une nuestras bocas en un beso delicioso.
Relajo mi cuerpo y me vuelvo a acostar por completo mientras el se inclina para quedar sobre mi. Sé que debo detenerlo pero no lo hago, al contrario. Toma una de mis piernas descubiertas doblandola, su lengua toca la mía y luego separa nuestros labios y me observa a los ojos con una sonrisa.
- ¿No somos novios y ya me recibes así? - dice y por un momento siento vergüenza de mi misma - tranquila- con la parte trasera de su mano acaricia mi mejilla izquierda- me encanta ver tus ojos así de oscuros y me encanta aún más, ser yo el que los oscurece.
- Ammm yo... - no se qué decir y el cambia su gesto tierno a una expresión como si me estuviera leyendo para luego verme con fascinación.
- Hay un infierno dentro de ti - habla - no puedo imaginar lo que pasará cuando lo dejes salir.

ESTÁS LEYENDO
Si Supieras
Teen FictionHay una línea delgada entre el amor y el dolor. Esa es la razón por la cual muchos prefieren alejarse del amor, pero la verdad, es que eres tú el que decide a qué lado pertenecer. Yo lo elegí a él, a ellos, a ambos. Dicen que no importa la razon, j...