Capítulo 11

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Blanco

George

Dejé las llaves en el auto por lo que tuve que regresar cuando Simón entró en la casa. No me preocupo por que tenga una buena estadía ya que Sarah se encargará de eso.

Me quedo mirando la casa desde afuera y mi mente recuerda a la loca que se asusta con las tormentas, a como se ruboriza cuando estoy demasiado cerca. ¿Habrá venido? Si, jamás se perdería algo que tenga que ver con su mejor amigo.

Hay personas en la puerta por lo que decido rodear la casa para dirigirme al patio trasero, me toma por sorpresa el hecho de que no haya nadie, supongo que a fiesta esta muy buena adentro o que nadie se ha dado cuenta de la existencia de este lugar, la música no se escucha tan fuerte aquí. Pensándolo bien, se siente tranquilo, así que decido acostarme en el césped viendo el cielo por un momento.

No se cuanto tiempo pasa pero de repente la puerta que da acceso de la casa a este sitio se habré. Volteo y veo a la loca, viene distraída mirando el cielo y no me muevo, solo la detallo; trae un vestido blanco ajustado de arriba con mangas olgadas al igual que la falda del mismo que le llega a la mitad de los muslos, trae poco maquillaje pero sus ojos están delineados de negro que hacen resaltar los ojos parecidos a los mios, trae el cabello recogido por una coleta, su cabello no es del todo liso, así que las hebras negras caen onduladas por la espalda. Trae sandalias color plata, sigue caminando y me levanto, baja la mirada y la suya se conecta con la mía haciéndola frenar de inmediato.

-¿Qué haces aquí? - me dice con el seño fruncido.

-Es mi casa - le contesto obvio.

-Pensé que estabas en la fiesta, adentro - contesta señalando la casa.

- Habian personas en la puerta así que iba a entrar por atrás pero me quedé aquí un rato - le digo y asiente - ¿y tú que haces aquí? - le regreso la pregunta.

-Es que son la 8:35 - me dice y no entiendo. Nota mi confusión por lo que agrega- y a las 8:40 busco una estrella todas las noches.

-¿Y eso porqué?

- Es una larga historia - contesta.

- Esta bien - le doy la espalda y me vuelo a sentar -te ayudo- le digo invitándola a que se siente junto a mi, me sorprende que lo haga sin refutar - ¿cómo la diferencias? - le pregunto.

- La mayoría del tiempo es fácil encontrarla - me dice.

- ¿Todas las noches la encuentras? - cuestiono intrigado.

Ella baja la mirada, la noto triste por un momento- no siempre - me dice al fin y levanta la vista de nuevo para buscarla. La observo para tratar de entenderla, los labios rosados los tiene entreabiertos y los ojos le brillan viendo el cielo, insisto en que no brillan como deberían. El azul que le decora la iris da para deslumbrar a todo aquel que lo vea, pero están apagados y desconozco la razón.

- Ahí está- dice sonriendo y señala una en específico. Volteo hacia donde señala y detallo la pequeña estrella que me muestra.

-¿Cómo sabes que es esa? - le pregunto - es decir ¿como sabes que es la misma que viste ayer?

- Es algo complicado de explicar- me dice aún mirando la estrella.

Si SupierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora