BROKEN HEART
Memorias que hieren
ALLAN WEYNE
Trece años atrás
- La pequeña Emma no deja de preguntar por ti - le digo - insiste en que quiere venir a verte.
- No - se apresura a decir - no quiero que vea lo mal que estoy.
Desvío la mirada de la ventana hacia la cama de hospital donde se encuentra mi hermano menor. Mi pecho se oprime al verlo ¿en qué momento esto se me salió de las manos? esta con los ojos cerrados y lágrimas amenazan con salir de los míos. Trago fuerte.
- Te envió galletas - llamo su atención- dijo que te gustaban estas - se las muestro y el las recibe con una sonrisa.
- Cada semana me envía algo y yo no le he dado nada - habla.
- No estas en condiciones, pero si gustas puedo comprarle algo de tu parte - recomiendo.
- No, no- dice medio alzando sus débiles manos. ¡Carajo! ¡duele tanto! - yo le tengo algo - su sonrisa se extiende y yo me muestro confundido - abajo de mi almohada- indica y me acerco.
Levanto un poco la almohada y veo las manzanas que hay adentro dentro de una bolsa negra - ¿de donde las sacaste?
- Son las que me traen con la comida, las he guardado todas para tener algo que enviarle.
Apartó la mirada rápido, no puedo, no lo soporto.
- Se que no son fresas pero... es lo único que estaba a mi alcance- dice algo apagado- pero estoy seguro que le gustaran.
- Cállate joder - digo en un hilo de voz.
Las coloco en la mesita y me dirijo a la ventana de nuevo, dándole la espalda lágrimas salen de mis ojos, está vez sin que pueda detenerlas.
- Promete que la cuidarás- pide y no contesto- ya he hablado con ella sobre eso, no directamente pero lo hará más fácil cuando llegue el momento que yo...
- ¡Qué te calles maldita sea! - cierro los ojos con fuerza y llevo la mano a mi rostro desesperado.
- Allan...
- Te vas a mejorar- lo interrumpo- lo vas a hacer por ella, si no lo haces por mi hazlo por ella - suelto un sollozo silencioso.
- Estoy muriendo...
Mierda.
Dejo caer ambas manos a mis lados y lleno de ira me volteo para encararlo - tienes una hermosa hija que cuidar ¿qué va a hacer ella cuando no estés tú eh?
- Ella es fuerte, estará bien...
- ¡¿Qué voy a hacer yo sin mi hermano?! - Le grito - ¡¿cómo carajos te atreves a decir eso cuando no solo la dejas a ella sino a mi también?!
Me observa y una lágrima cae por su mejilla izquierda. No dice nada.
- Eres un egoísta - le digo - ¿tienes idea de lo que siento cada vez que la idea de que te puedo perder cruza mi cabeza? Mamá ya no está, papá ya no está.
Sigue en silencio y yo me desahogo.
- ¡Sólo me quedas tú! - lo señalo- y necesito que te esfuerces por sanar porque no se qué seria de mi si algo llegara a pasarte ¡Tú sufres, yo sufro! ¿Entiendes eso?
Varias lágrimas ruedan por sus mejillas y yo ni siquiera se que es lo que siento.
- Tengo miedo - susurra con una triste sonrisa- no me quiero ir...
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Si Supieras
Roman pour AdolescentsHay una línea delgada entre el amor y el dolor. Esa es la razón por la cual muchos prefieren alejarse del amor, pero la verdad, es que eres tú el que decide a qué lado pertenecer. Yo lo elegí a él, a ellos, a ambos. Dicen que no importa la razon, j...