Una semana después de la cena.
Que pequeño es el mundo.SARAH
- Ve por las pringels de queso - me pide mamá y la obedezco.
Regreso a su lado y las coloco en el carrito.
- No - me reprende- te dije que de queso, son las que le gustan a George.
- Pero a mi me gustan las originales - le reclamo.
- Entonces ve trae otras de queso y asunto arreglado- me dice - date prisa mientras yo voy a la fila para pagar en caja.
- Vale - camino rápido para llegar al sitio de las frituras, tomo rápido las de queso y cuando volteo choco con alguien, una chica más baja que yo.
- Lo lamento - me apresuro a decir.
- Tranquila, no pasa nada - me responde sobando su brazo izquierdo, levanta la vista sonriéndome y sus ojos me dejan quieta.
- ¿Estabas en la fiesta de Simon? - pregunto.
Caigo en cuenta que puede que eso no haya sido discreto pero ella no se ve incómoda con la pregunta.
- Ammm si - duda un momento - ¿tu eres quien nos recibió cierto? - dice aún sonriendo, causando que sus ojos brillen.
¡Dios! Tiene unos ojos muy bonitos.
- Es correcto - le digo ofreciéndole mi mano - soy Sarah Anderson - ella la toma con mucha educación.
- ¿La hermana de George?
- Así es ¿lo conoces ya? - indagó- somos nuevos en la ciudad.
- Si - contesta- lo conozco por Simon.
- ¿Eres muy amiga de Simon? - ¿porque la estoy interrogando? No estoy siendo nada educada - am lo siento, no es de mi incumbencia.
- No, no - dice ella alzando sus manos - descuida, esta bien. Sí, soy amiga de Simon, nos conocemos desde niños.
- Entiendo- le digo y recuerdo que mamá me esta esperando - bueno hasta luego.
- Hasta luego - responde y camino rápido hacia la caja, ya esta pasando las cosas y corro al lugar.
Me mira mal y lo ignoro pasando de largo para recibir las bolsas.
- Ty ¿Puedes cobrarme esto rápido? - le susurran al cajero, volteo y es la chica con la que hablaba hace unos instantes.
- Claro, solo déjame terminar con ellas - le sonríe y ella asiente esperando detrás de él ¿no va a hacer fila para pagar? - un gusto atenderla señora.
- Gracias - le sonríe mi mamá tomando las bolsas faltantes.
Caminamos hacia la salida y mamá se frena rápido- ¿traes sus papas? - reviso y sacudo la cabeza en negación- ve por ellas y yo me adelanto al auto.
- De acuerdo - contesto y camino hacia la caja - amm disculpa- le hablo al cajero que le esta cobrando a la chica y el voltea.
- ¿En qué la puedo ayudar? - pregunta con una voz dulce.
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Si Supieras
Teen FictionHay una línea delgada entre el amor y el dolor. Esa es la razón por la cual muchos prefieren alejarse del amor, pero la verdad, es que eres tú el que decide a qué lado pertenecer. Yo lo elegí a él, a ellos, a ambos. Dicen que no importa la razon, j...