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Había conducido por la calle, dónde días atrás, Namjoon me acompañó para tomar un taxi. La zona seguía estando igual de oscura y abandonada, cómo la última vez que pasé por aquí.

Sabía que nadie nos podría ver a estas horas pero temía por las cámaras de seguridad al llegar al edificio. Pero por más que se lo externé a él, me aseguró que no habría problema. Esta zona era libre.

Jung Hoseok me abre la puerta del copiloto. Me niego a salir así, toda desnuda a la entrada del edificio de Hybe. Aún dudosa, tomo la mano que me ofrece y bajo, el frío era cada vez más intenso con forme la noche avanzaba. Me estira de la mano y cruzamos con algo de prisa el estacionamiento y luego subimos por el asensor exclusivo que da al piso de su oficina.

-¿Por qué haces todo esto J-hope? -pregunto con el miedo creciendo en la boca de mi estómago.

-¿Por qué sigues aquí, Sun-Hee? -me mira por millonésima vez y me acaricia el mentón. Muerdo mi labio inferior sin saber que responderle. Mi duda le provoca una gran sonrisa.

-¿Puedes por un minuto contestar mis preguntas sin replicar con otra pregunta?

Él niega y el asensor se detiene, llegando así a su piso. Sigue sin contestarme durante el trayecto a su estudio. Abre la puerta y me da el pase, escucho como cierra de nuevo la puerta con llave, manteniendo a los curiosos fuera. Me guía hasta su sillón negro y me pide ponerme cómoda.

Miro sus peluches y discretamente agarro el más grande y me cubro la desnudez. Él está encendiendo su computadora, se ha quitado el hoodie que traía, revelando de nuevo una camiseta blanca con estampados coloridos. La música baja comienza a sonar, al parecer son solo melodías y acordes de pistas sin terminar.

Lo veo presionar un interruptor y las luces se apagan pero en su lugar, varias luces led que rodean la habitación se encienden. J-hope baja su intensidad y cada tantos segundos están programadas para que cambien de color, de morado a rosa, de rosa a rojo y así sucesivamente hasta volver a rotar los colores.

El pequeño estudio se tornó más sombrío e íntimo. Lo veo ir a su pequeño minibar y saca un par de cervezas, se gira a ofrecerme una y se la acepto sin rechistar.

Se sienta a mi lado, el sillón cruje por su textura. Con su mano izquierda sostiene la cerveza y la otra la recarga en el respaldo del sillón. Desvío mi mirada, estoy demasiado nerviosa y cohibida por la situación en la que estoy. Aprieto más el peluche contra mi pecho.

-Hago todo esto porque quiero que me conozcas -masculla con su voz profunda, me acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja.

-¿Podrías ser más gentil y no tenerme en esta posición? -lo veo a los ojos y una sonrisa pícara aparece en sus labios.

-¿En cuál posición te debería de poner? -se acerca a mi cuello y lo besa.

Trato de contener las cosquillas que me provoca su toque y me aclaro la garganta.

-Lo digo enserio, J-hope.

Él hace un sonido con los dientes, protestando por lo que le digo.

-No me digas así, llámame por mi nombre. Jung Hoseok.

-Lo digo enserio, Jung Hoseok.

¿Satisfecho? Quiero agregar pero me muerdo la lengua. Lo que quiero es salir de este lugar o mínimo traer ropa puesta. Mis deseos no son escuchados.

-Quiero verte, quítate esto -me arranca el peluche de entre los brazos y lo arroja lejos.

La mano que tenía la cerveza ahora sube por mis piernas, su nariz acaricia mi oreja, veo como su mano aprieta delicadamente mis muslos. Estos responden y se abren un poco, lo suficiente como dejar pasar su mano pero no lo hace, no se detiene, sigue su trayecto hasta mi abdomen, va subiendo poco a poco.

Behind The Sun | J Hope y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora