22. Consejos de papá.

1 0 0
                                    

Ya estamos a 27 de diciembre, queda poco para año nuevo, y esta mañana he decidido que es un buen día para dar una vuelta por la ciudad donde me crié, caí y me levanté. Además de que no me viene mal el andar para bajar la comida del día de Navidad. Por si os lo preguntáis, la comida estuvo muy bien, Sophie parecía más relajada que la noche anterior y pudimos conocerla mucho mejor.

Tras despedirme de Jhon, quien está en la cocina lavando los platos, salgo de la casa. Me dirijo junto a mi mochila con mi libreta donde escribo mis ideas y un lápiz al centro de la ciudad, donde se encuentran las tiendas y cafeterías, las calles más transitadas y donde he quedado con Lili, mi mejor amiga del instituto para comer. Tras dar unas cuantas vueltas por las calles y mirar alguna que otra tienda, paro en el restaurante de Jean. Sí, Jean trabaja en Navidad, él no puede darse el lujo de no trabajar durante toda la semana que duran las festividades, ya que trabaja en la restauración y estos días suelen dejar una gran cantidad de beneficios. Ya dentro, veo a Liam en la barra, uno de los camareros de Jean. Liam trabaja aquí desde que tengo 16 años, él tenía 18, y ahora qué tiene los 21 y pude servir alcohol, está tras la barra. Es un chico alto, moreno, con los ojos oscuros, y muy bueno a la hora de trabajar de cara al público. Saludo a Liam y pregunto por Jean, quién, según por lo que me ha dicho el chico, está recogiendo unos pedidos y llegará en seguida. Cómo Lili aún no ha llegado me quedo hablando con Liam tranquilamente.

-¿Qué tal te han ido las cosas por California?-pregunta amable, mientras seca un baso.

-Bien, he conocido a un grupo de buenos chicos.

-Interesante, ¿solo chicos?-comenta divertido.

-Pues no listo, me he hecho muy buena amiga de mi compañera de cuarto.

-Anda, y tú nerviosa porque no te agradara.

-Sí, bueno.

El sonido de una campanita hace que me dé la vuelta, y encuentro a Lili entrando al restaurante, acercándose a nosotros.

-¡¡Hola!!- saluda eufórica, abrazándome con entusiasmo.

Yo le devuelvo el abrazo y juntas nos sentamos en una mesa.

-¿Qué van a tomar las princesas del lugar?-pregunta Liam con gracia, junto a nuestra mesa.

-Pues lady Lili quiere tomar un buen plato de Pappa al pomodoro, con su respectivo pan, per favore.-responde Lili siguiendo el juego.

-Ja, muy graciosos los dos.- repongo.

-Vamos, no seas aguafiestas.-dice Lili.

-Está bien. A lady Kami le gustaría tomar un plato de risotto, si no es mucha molestia.

Liam sonríe al vernos de nuevo juntas y niega divertido.

-Sus palabras son órdenes para mí, señoritas- se aleja Liam con una reverencia, y Lili y yo reímos.

El restaurante está lleno, normal, no solo por las fechas, sino porque el restaurante de Jean ha ganado mucho prestigio dentro del mundillo de la restauración. Lili y yo nos ponemos al día durante la comida, aunque no hemos perdido el contacto durante estos meses gracias a los teléfonos. Ella me habla sobre su maravillosa estancia en Madrid, sus nuevos amigos, lo complicadas que son las clases y lo mucho que me ha extrañado; ha insistido en que no era lo mismo aguantar las clases de gramática hispánica sin mí. Yo le cuento todo sobre mis vivencias en California, incluyendo a Nick, aunque omito el momento del beso en el vestuario y el mensaje que le siguió debido a mi huida.

-Me alegra que hayas hecho amigos.

-Sí, son increíbles. Pasar un rato con Cris y con Scott juntos es superdivertido, son tan diferentes, pero a la vez tan iguales, que hasta asusta.

Una curiosa filosofía de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora