7. El teléfono.

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Me he pasado la noche despierta por culpa del dolor que siento en mi rodilla, el mero hecho de sentir algún tipo de contacto o roce, por leve que sea, hace que me estremezca de dolor. Al levantarme de la cama a la mañana siguiente noto que Cris me observa, esperando a que le comunique todo un parte médico sobre cómo me encuentro.

-Buenos días,- dice mirando fijamente mi rodilla - ¿Cómo se encuentra hoy nuestra querida "lisiadita"?- pregunta en tono burlón, aunque con un deje de preocupación en su voz.

-Estoy bien, me duele la rodilla, no voy a mentir, pero ya no tengo mareos ni dolor de cabeza.- me toco el cuello brevemente sintiendo una punzada de dolor- Aunque aún me molesta el cuello.

-Sigo pensando que deberías ir al médico, es decir, él podría recetarte algo.- insiste Cris.

-No te preocupes, no es la primera vez que tengo que aguantar un poco de dolor, y mucho menos la primera vez que me hago un moratón.

-Sí, vale, ¿pero tú has visto ese moretón?

-¿Que si lo he visto?- digo con una risa un poco agria- He combatido con él toda la noche, créeme, me doy cuenta de su existencia. Ya te he dicho que no te preocupes.- digo con una sonrisa tímida en mis labios.

-Dios, sí que eres cabezota.- dice Cris con un claro bufido- No insistiré más, pero si te mareas o algo llámame y estaré ahí en cinco minutos.¿De acuerdo?

Desde que se lo conté a Cris, ella se ha preocupado mucho por mí, me ayudó a ponerme la crema y me dejó unos pantalones cortos anchos para que estuviera todo lo cómoda posible. Me ha repetido como unas mil veces que debo ir al médico o dar parte en el seguro de la universidad. Hace tiempo que nadie se preocupa tanto por mí, se hace un poco raro.

-Gracias, pero como no lo haga telemáticamente...- digo sarcástica y divertida señalando el teléfono.

-Mierda, verdad. ¿Qué vas a hacer con lo del teléfono?- pregunta pasándome la crema para los golpes que me dió Naty anoche.

-Pues no sé, supongo que usaré algo de lo que estaba ahorrando para comprarme un coche. Coche que cada vez veo más lejos.- digo en un suspiro, soltando todo el aire que he contenido debido a lo fría que está la crema.

-Te juro que cuando vea a Nick lo mato, en serio. Joder, es que no entiendo cómo no te vió.- dice Cris mientras aplasta una almohada que creo que en su cabeza reemplaza el cuello de Nick.

Río ante la escena, parece una niña pequeña con su pijama de Stich enfurruñada por el hecho de que alguien le haya roto su muñeca favorita. Realmente es adorable y no puedo evitar la risa.

-Ya te he dicho que no te preocupes,- digo mientras intento calmar la risa y volver a la normalidad.- pero si sabes de alguien que tenga un móvil viejo, no me vendría mal.

-Si me entero de alguien, te informo no te preocupes, aunque no creo que haya alguien, es decir, cuando vienes a la universidad te traes lo esencial y un móvil que no usas desde hace tiempo, no creo que sea de primera necesidad.

-A no ser que te hayas cargado el tuyo.- digo provocando la risa de ambas- Ey, ¿crees que si llevo falda o pantalón corto la gente se quedará mirando? Es que no quiero llevar unos vaqueros largos para que me roce todo el rato.

-Puede, aquí todos son muy chismosos.- me responde mientras busca algo en su cómoda- ¿Por qué no te pones esta falda?, es ancha y no creo que te roce mucho.

-Gracias, de veras, no sabes el favor que me haces.

-Me imagino, me duele hasta a mi solo de verte.- hace una pequeña pausa- Pero prométeme que irás a que te mire un médico, sé que después de tu tercera clase tienes una hora libre.

Una curiosa filosofía de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora