Las semanas pasan entre exámenes parciales, el trabajo en el Starbucks, preparar presentaciones, algunas cervezas con los chicos en cualquier bar cerca del campus los fines de semana y alguna que otra conferencia. Hoy es martes 22 de diciembre, mañana será el último día de clases antes de las vacaciones de Navidad y tendrá lugar un partido de fútbol entre los Dragones Dorados y el equipo de la universidad de Berkeley, por lo que os podéis imaginar cómo han estado de ocupados Scott, Ethan y Nick estás últimas semanas. Mi madre me mandó el billete de avión hace una semana y ya he llenado una pequeña mochila con lo imprescindible, total, tengo ropa suficiente en casa, aprovecho y así podré llevarme algo más de ropa.
-¿Estás lista para volver a casa por Navidad?-pregunta Cris desde su cama.
-¿Y tú? Te recuerdo que también te vas mañana y aún ni has sacado una maleta.
-Soy de las que los deja todo para último minuto. Además, tengo mucha ropa en casa.
Me siento en la cama y dejo a un lado mi mochila. Estoy un poco nerviosa por volver a casa, cuando le dije a mi madre que quería estudiar filología inglesa no le hizo mucha gracia pues según ella no tiene salida, esperaba que me convirtiera en alguien de éxito, sin embargo, tras tener una larga y acalorada discusión con Jean y mi hermano Luka, entró en razón y decidió apoyarme.
-Estoy deseando que sea mañana.- escucho decir a Cris, con un leve suspiro.
-¿Para irte de aquí?- pregunto con un tono divertido- Vaya, eso no me lo esperaba, yo también te echaré de menos.
Ella ríe por lo estúpido de mi comentario y yo la sigo. Cuando se nos pasa el ataque de risa es ella la que rompe el silencio.
-No lo digo por eso idiota, y lo sabes.- se incorpora en la cama- Estoy deseando ver a los chicos en el campo de fútbol y, lo más importante, ver cómo le patean el trasero a los de Berkeley.
-Estás demasiado segura de que ganarán.
-Porque sé que ganarán, los chicos son buenos, muy buenos.
-¿Qué es lo que deseas exactamente, la victoria del partido o la fiesta de después de la victoria?- pregunto y ambas intentamos reprimir las risas hasta no poder más.
Pasamos un rato intentando calmarnos y ella vuelve a hablar, aún con una gran sonrisa en su rostro.
-Vale, puede que sea más por la fiesta. -hace una pausa- Pero los chicos se lo han currado mucho, se lo merecen.
-Dímelo a mí, Scott se ha pasado los últimos día entrenado hasta las once de la noche, según me ha contado.
-¿No cierran el campo de fútbol a esa hora los días entre semana?-pregunta Cris dudosa.
-Sí.- respondí con una sonrisa relajada.
-Entonces, ¿entrenaba hasta que lo echaban?-pregunta con tono burlesco, nos miramos y fue inevitable volver a reír.
-Eso parece.- contesto entre risas.
Tras eso, un silencio cómodo flota en el ambiente, cada una pensando en sus cosas, Cris con sus cascos inalámbricos y yo con un libro en la mano. Cuando termino de leer una página, escucho que la voz de Cris pronuncia mi nombre.
-¿Sí?-pregunto para que siga hablando.
-Sí que te voy a extrañar,- su voz es serena y sincera, lo que me toma desprevenida y giro un poco el cuello para poder verle la cara- más te vale escribirme y contarme qué tal le va a la novia de tu hermano contra los interrogatorios de tu madre.- Cris termina su frase y ambas nos miramos, en su rostro hay un sonrisa sincera y en sus ojos hay cierto brillo de picardía.
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Una curiosa filosofía de vida.
Lãng mạnKami Brown es una chica que después de haber pasado una adolescencia complicada se decide a seguir su sueño de la infancia y, para ello, viaja desde Oregón hasta California para instruirse en la carrera que desea estudiar desde que era niña, en una...