013|Sospechas

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—debe haber algo por aquí—dijo félix rebuscando entre los cajones de su esposo.

¿Que? ¿Acaso creían que se había tragado por completo ese cuento del viaje de negocios de su esposo? No señor.

—te estás volviendo loco Félix—hablo minho detrás suyo.

El pelinegro fulminó con la mirada a su hermano mayor.

Lee Minho, era su medio hermano, compartían el mismo padre pero no la misma madre, mientras lee mayor creció en Corea, el creció en Australia, cuando tenía 18 visito Seúl para estudiar la universidad junto a su medio hermano mayor, su relación al principio no fue la mejor pues minho tenía cierto rechazo hacia el, y viceversa, pero con el pasar de los años ambos habían aprendido a llevarse bien o al menos eso aparentaban.

—claro como no es tu matrimonio el que cuelga de un hilo—murmuró mientras sacaba las prendas de ropa del cajón—si solo veniste aquí para decir mierda es mejor que te vallas, suficientes problemas tengo ya.

Pero nunca se espero la reacción del mayor.

Minho lo jalo del cabello con una mano y con la otra apretujo su mandíbula con brusquedad, sus ojos reflejaban algo que no supo descifrar pero sin duda alguna no era nada bueno.

—escúchame pequeña basura—susurro lee en su oído con clara molestia— ten cuidado como te diriges a mi por qué si changbin está casado contigo fue gracias a mi, por eso ya se harto de ti—rió con arrogancia.

Félix miro a los ojos a su hermano mayor.

—¿acaso tu sabes algo que yo no? ¡dímelo minho!

Lee mayor soltó el cabello de su hermano haciendo que esté callera sentado al suelo, el pelinegro lo miraba atento a cualquier cosa que hiciera o en su caso dijera.

—soy su abogado félix, claro que se más cosas que tú pero prefiero que las descubras por ti solo—hablo con burla.

Minho sin decir nada más salió de la habitación matrimonial de su hermano dejandolo solo, tomo su bolso y se marchó del hogar sin decir nada más y dejando con muchas dudas a lee menor.

—mierda, mierda, mierda—repetía el pecoso golpeando el suelo.

¿No? ¿O si? Sin duda alguna esa discusión con minho le había dejado un mal sabor de boca, y si se ponía a pensarlo, changbin había cambiado demasiado. Usualmente llegaba a casa entre las 7 u 8 de la noche, y si llegaba más tarde era por que salía a beber con BangChan o con sus otros amigos pero siempre avisaba, sus fines de semana los pasaba junto a el y no metido en la casa de sus padres, prefería dejarle los viajes de negocios a su padre y ahora tenía que viajar cada semana.

Aquí había gato encerrado. Y el iba a encontrarlo.

Decidido siguió rebuscando entre las prendas de ropa de su marido, busco y busco y entre una de sus camisetas blancas que llevaba siempre al trabajo encontró algo que lo descolocó demasiado.

El aroma de un perfume que supuso que era barato y lápiz labial en el cuello.

La examinó detalladamente dándose cuenta que la camiseta tenía unas cuantas arrugas y más marcas de labial, eso encendió las alarmas de su cabeza así como el teléfono de la casa que resonó llamando su atención.

"¿bueno?"—contestó esperando una respuesta.

—"el señor...¿seo changbin? ¿es usted?"—preguntaron mediante la línea.

"no, el es mi esposo, ¿paso algo?"—.

—"llámanos para entregar un paquete pero el guardia nos ha dicho que no se encuentra en su hogar"—.

𝐋O̸𝐕𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora