001|Un pelirrojo.

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—¡¿A dónde crees que vas?! ¡Changbin esto no se ha terminado regresa aquí! —grito Félix tratando de detener a su esposo.

Pero Changbin no hizo caso a los alaridos gritos y cerró la puerta de su casa de un solo golpe.
Nuevamente había llegado tarde a casa y no estaba de humor para discutir pero al parecer Félix se la había puesto difícil por qué cuando llegó este solo le reclamo lo desconsiderado que era por ni siquiera decirle que no lo esperara a cenar.

Y aunque se lo hubiera dicho también le armaría la típica escena de gritos y reclamos que había en su casa casi todos los días.

Subió a su auto y durante el camino llamo a Bang Chan pidiéndole el favor de que si su esposo llamaba le dijera que el estaba en su casa aunque fuera mentira.

"¿A dónde irás?" — pregunto Chan desde el teléfono.

"Ire a beber un poco y regresare a casa cuando considere que Félix ya esté durmiendo"

—"Bien solo no bebas mucho y....¿diviértete? No sé ni qué decirte pero creo que debes relajarte un poco y poner en orden tus pensamientos si quieres pedirle el divorcio a Félix siento que no se lo tomara muy bien"—.

—"No claro que no se lo tomara bien pero es la única solución que le veo para que nuestros problemas acaben, es decir, hace mucho que no tenemos sexo o algo por el estilo y todo ese tema de los hijos se lo está tomando muy enserio"—.

—"¿No es eso lo que querían desde hace un año?"—.

—"Claro pero con nuestras discusiones y peleas no sé si quiero tenerlos.... Chan, mi matrimonio esta al borde del colapso y ninguno de los dos hace algo para salvarlo así que ya no le veo ningún chiste seguir juntos".

"hermano es tu decisión, y si necesitas que valla a buscarte solo llámame y ahí estaré"—.

—"Gracias hyung, nos vemos"—.

Changbin colgó la llamada y aparco su auto a un lado de la acera para salir de este sintiendo la fría brisa de la noche golpeando su cuerpo.
Se trataba de un bar privado en el que solo gente con altos puestos podía entrar, algunos diputados, electos, gente en cosas buenas y otras en muy malas, dueños de empresas, socios de ellas.

Así como el que era dueño de Seo's Cosmetic una de las empresas más grandes en Corea del Sur.

Cuando entro al lugar lo recibió el olor del tabaco y alcohol, busco un lugar que estuviera solo pero el único lugar ahí que no estaba repleto de hombres ebrios junto a chicas con ropa muy diminuta y pegada era la barra en la que había un chico pelirrojo.

Tomó asiento a un lado de el apoyando sus manos en la madera de pino llamando al barman.

—¿Que le sirvo señor Seo? —pregunto el empleado.

Claro ¿quién no iba a reconocerlo?

—dame un daiquiri.

El hombre asintió para darse la vuelta e irse a preparar la bebida.

Hubo un silencio durante unos minutos en los que Changbin se dedicó a revisar sus redes sociales y a responder uno que otro mensaje de sus conocidos.

—¿problemas en casa? —escucho a un lado suyo.

Giró su vista y juro ver un ángel de cabellos rojizos, un ángel demasiado hermoso y sexy; cabello largo, perforaciones en las orejas, unos bellos ojos grises que lo hipnotizaban, labios gruesos y apetecibles.

Divino.

—¿disculpa? —.

El chico soltó una risa seca acomodandose en su asiento.

—pues supuse que tienes problemas en casa, digo, estás aquí solo sin ningún empleado que busca alegrarte, no tienes acompañante, la tensión en tus hombros, la forma en la que miras tú anillo que claramente es de matrimonio, o ¿me equivoco?

Changbin no supo ni que decir y tampoco supo que pasó por su cabeza cuando empezó a reírse sintiéndose jodidamente relajado y en confianza.

—le atinaste a todo —rio amargamente —¿Tan fácil de leer soy?.

—no solo se distinguir cuando una persona la está pasando mal.

Nuevamente el barman regreso pero ahora con la bebida de Seo entregándosela a lo que el pelinegro agradeció.

—¿Y tú, que haces por acá? —pregunto ahora el.

—¿Yo? Yo trabajo aquí, ¿Ves el grupo de descerebradas que están por allá?

Su dedo apunto a un grupo de chicas que se reían exageradamente mientras se sentaban en los regazos de algunos hombres completamente ebrios.

Changbin asintió bebiendo de su vaso.

—Desgraciadamente son mis compañeras de trabajo pero a mí me gusta más buscar a los hombres solitarios así como tú —sonrio.

—¿Eres un prostituto?

Auch. Eso dolió.

—Prefiero que me llamen acompañante de una sola noche suena menos feo y no me ofendo tanto —guiño su ojo mientras sus labios se curveavan ladinos.

—lo siento —se disculpo el pelinegro.

—Nah, no te disculpes estoy acostumbrado a que me llamen así o "puta" "zorra" "chupa pollas" "marica" "perra" , estoy acostumbrado a cualquier tipo de apodo que me denigre.

—Son unos idiotas por qué eres un ángel muy bello.

Ante el repentino comentario de Seo, ambos se quedaron callados sin saber que decir, mientras uno quería golpearse la cabeza el otro no sabía por qué su corazón latía y sus mejillas ardían ante aquella confesión tan pequeña.

—....y ¿que tipo de problemas te trajo hasta acá para que estés tan solo? —se aventuró a preguntar.

—Los hijos —dio un trago a su bebida.

—¿Tienes problemas con ellos....? ¿La adolescencia? ¿Recién nacidos? Se más específico por favor.

—no podemos tenerlos, mi esposo es estéril.

Y el pelirrojo se sintió culpable por un momento cuando vio la mueca melancólica en el rostro del pelinegro.

—lo siento —se disculpo.

—cuando nos enteramos que no podía embarazarse empezaron nuestros problemas, que si llego tarde a casa, o que no tenemos intimidad desde hace tiempo, estamos tan jodidos que he estado pensando en pedirle el divorcio.

—tal vez... Necesitan tiempo, quiero decir, no se, a lo mejor y deberías experimentar tener intimidad con otra persona para... aliviarte.

Y con aquellas palabras, Changbin se sintió tentado así como Eva cuando probó el fruto prohibido.

—¿que tienes en mente? —pregunto mientras rozaba la mano del chico.

—no lo sé... ¿Tu casa o la mía?

Seo lo pensó y decidido se terminó su bebida de un solo trago, dejo algunos billetes de su cartera y los colocó en la barra para así levantarse de su asiento y extender su mano al chico.

—Tu casa la mía está ocupada —respondio firme.

El pelirrojo sonrió y tomo la mano que el hombre le ofrecía con tanta confianza y seguridad.

—pues la mía será, espero que no te marquen en el transcurso odio que me interrumpan.

—no te preocupes nadie nos va a interrumpir en esta noche.

Y Changbin decidió ceder a la tentación para probar el fruto prohibido...

*Aquí me equivoqué no sé por qué Wattpad se puso raro cuando publique el prólogo que realmente no era ese pero ya lo voy a editar, este es realmente el primer capítulo espero y les guste ^^*

𝐋O̸𝐕𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora