20. Regreso

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Miles de puntitos recorren las paredes... Las paredes de El Cubo. He vuelto a mi habitación, la de las estrellas en la pared. ¿Cómo he llegado hasta aquí?
Lo único que recuerdo es que estaba en mitad del bosque, al lado del río, abrí el infine y... apartir de ahi no recuerdo nada más.
Me siento sobre mi pierna derecha y paso los dedos por mi pelo para peinarlo. Es de noche, así que cuando miro por la ventana, las paredes y el cielo real apenas se distinguen. Apoyo los pies en el suelo, arrastrando los calcetines por las losas blancas. Mi cuerpo cruje al ponerme de pie y un dolor en la espalda me hace dar un pequeño gruñido. No sé por qué, pero estar aquí me agrada. Bueno, no me agrada, pero no se me hace tan raro como la última vez. Realmente tenía miedo a lo desconocido, pero una vez que te acostumbras y lo asimilas todo se está bien. Ahora que sé que mi vida ha tenido un pequeño cambio, puedo permitirme hacer tres preguntas:

¿Qué es el año Reditum?

¿Por qué no investigar qué somos?

¿Por qué no investigar qué ha pasado?

Salgo de mi habitación. El Hexágono está vacío.

Paso la mano por uno de los cuatro sillones que ocupan la sala blanca e intento buscar la razón por la que estoy aquí de nuevo, pero no la encuentro. Una de las puertas de un pasillo se abre y mi madre se echa el pelo hacia el lado derecho. Es joven, y a pesar de sus cuarenta y dos años aparenta treinta.

- James - Dice de nuevo, después de dieciocho años haciéndolo. La miro algo confuso. - Iba a llevarte la ropa limpia.
- ¿Por qué no me dijiste nada? - le digo mientras se pone enfrente de mi y me coge las manos.
- Mira, esto no es fácil... Tengo que contarte muchas cosas. - La sonrisa se borra de su cara.
- ¿Sabes lo mal que lo pasé la semana pasada? No sabía nada de lo que estaba pasando mientras que tú me lo habías estado ocultando durante dieciocho años.
- James escúchame. Esto no es fácil. Tu hermana ya lo sabe todo y deberías adaptarte a la situación.
- Bueno, no es fácil. Tú misma lo has dicho.
- Te hemos traído aquí para conocer tus capacidades, céntrate.
- No puedo centrarme. Tú no encajas en este sitio, no asimilo que tú estés aquí, se suponía que eras humana.
Recuerdo lo que me dijo Emma la noche que la conocí, "todo ser que entre en El Cubo está distorsionado"
- Tú eres uno de ellos. - le digo
Mi madre no sabe que cara poner, así que se da la vuelta y se asoma por una de las grandes ventanas del Hexágono. Parece reprimir sentimientos, como si estuviese intentando no llorar.
- James - me dice con una voz algo más débil que la del principio.
Me siento impotente, no puedo hacer nada, solo escucharla, porque al fin y al cabo, es mi madre. Se da la vuelta y vuelve a mirarme a los ojos.

- Mamá...

- Sólo necesito que seas fuerte. Pase lo que pase. Ahora, necesito que te vayas a dormir. Cámbiate de ropa y en unas horas te veré para saber que capacidad deberás desarrollar.

Me da un beso y un abrazo y desaparece rápidamente por uno de los pasillos.

En una semana he sentido miedo, confusión y rabia, pero ahora sé que si mis padres me han ocultado esto es por algo, y lo único que siento ahora son ganas de buscar un origen. La verdad de por qué estamos aquí.



Distorsionados [Editándose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora