2. Diecisiete

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Últimamente me siento observado. Alguna vez he leído que los seres humanos tenemos la capacidad de saber si nos observan o no, pero nunca creí esa teoría, hasta hace un rato cuando estaba en la cocina. Tambien he estado mirando por la ventana de la habitación y me ha parecido ver a alguien alejándose por la calle, pero seguro que sería un vecino. A veces me río solo por este tipo de cosas.

Faltan veinte minutos para cumplir diecisiete años.

¿Tan rápido ha pasado todo este tiempo? ¿Diecisiete años?

Miro las fotos de cuando era pequeño que tengo en la estantería, una a una.
Me gustaría saber si Vince y Julie tienen fotos de cuando era más pequeño, solo tengo algunas de cuando tenia seis o siete años. Más o menos de algunos años más tarde después que ocurriese lo del accidente. Mis padres actuales, conocían a mis padres biológicos. Me gustaría saber si saben algo de ellos, pero cada vez que pregunto tratan de evitar el tema.

Vuelvo a mirar el reloj. Mañana es viernes, el último dia de clases para los que estudian aquí. Una de mis mejores amigas, Violet, estudia allí. Debería llamarla para decirle que voy a visitar el instituto, aunque antes lo intenté y no respondía. Había pensado en que Ellie y yo podríamos tomar el tren de las diez para ir a Mountains, la ciudad en la que se encuentra nuestro antiguo colegio y recordar todo lo que hemos vivido ahí. Destway es demasiado pequeño y no tiene colegio así que cuando vivíamos aquí teníamos que ir a Mountains a estudiar. Durante los días de vacaciones solemos ir a visitar nuestro antiguo instituto. Normalmente cuando vamos de visita los estudiantes siguen allí, ya que las vacaciones en Mountains empiezan más tarde que en Daredale.
Me asomo a la ventana de nuevo y observo el paisaje. Los tejados humedecidos por el agua, los árboles moviendo sus ramas, los últimos días de otoño. Poco a poco las gotas de agua empiezan a golpear el suelo de la calle, creando un sonido hipnotizante. El temporal invade el cielo, y en la lejanía éste se ilumina a cada rato, seguido de un insonoro trueno.

Examino la habitación mientras me pongo el pijama. Mañana pegaré algunos posters y fotos en la pared y colocaré los libros en los estantes.

Diez minutos para que pase otro año.
Diez minutos, para dejar atrás mi antigua vida y empezar una nueva aquí. O mejor dicho, para volver a la antigua y dejar la nueva.

Eso es. Me he propuesto empezar de cero.

Pronto llega año nuevo y ¿por qué no? Aunque hayan pasado unos años sigo estando en casa, y ahora que entro en una etapa más adulta me parece bien centrarme más en mis cosas. Distingo un pequeño trueno, pero no le hago mucho caso ya que estoy sumergido en mi mundo escuchando música relajante con un volumen bajo. Aparto las sábanas hacia un lado para envolverme con ellas y fundirme en un sueño en mitad de la tormenta.

Los segundos se me hacen largos, como si cada uno de ellos fuese un siglo, pero lo único que puedo hacer es esperar.
Cierro los ojos y miles de pensamientos pasan por mi cabeza, esos típicos sueños idealizados que invaden tu cabeza cuando no tienes otra cosa en la que pensar antes de irte a dormir.
Intento abrir los párpados, pero pesan demasiado, así que decido ponerme cómodo. Cuando estoy en un total estado de tranquilidad suenan dos pitidos estridentes que provienen del reloj: Las doce. "Feliz cumpleaños James" pienso. Sonrío y diez segundos más tarde todo desaparece.

Viernes. 16 de diciembre

Despierto en un revoltijo de sábanas. Los cristales de la ventana están empañados por la diferencia de temperatura entre dentro y fuera. La tormenta sigue justo encima de Destway.
Anoche soñé algo raro... No recuerdo muy bien que era. Pero había una cajita diminuta muy curiosa. Trato de recordar que más había en el sueño, pero cuanto más lucho por recordar, más se desvanecen las imágenes.

Distorsionados [Editándose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora