19. Bosque

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Ando pisando el suelo enterrado de ramas secas entre los árboles a toda prisa, tratando de olvidarlo todo, intentando sumergirme en un mundo paralelo que no tenga nada que ver con esta realidad, pero por mucho que quiera ocultarlo sé que ésta es la verdad. Mis padres me han ocultado una información demasiado importante durante toda mi vida y no se si debería hablar con ellos o hacer justamente lo contrario, adaptarme a los cambios y aislarme de todos ellos, tanto de mis padres como de los distorsionados... Eso me impulsa a seguir adelante tras un rato de reflexiones. Sigo andando por entre las ramas hasta llegar a un pequeño río. La humedad del sitio ha generado muchas plantas y juncos que forman una pequeña cama, así que me acerco a el montón de hierbas y me siento en él. El agua provoca una sensación escalofriante, pero me relaja, y a pesar de todo lo que tengo en mente, puedo guardar unos minutos de silencio para escuchar a los pájaros, el sonido del viento moviendo los árboles... La naturaleza en su estado puro.

De repente una oleada de viento me despeina y hace que las hierbas de mi alrededor se muevan lentamente, como si fuese un mar lleno de olas. El agua parece que empieza a correr más rápido y es más abundante. No puedo parar de pensar en lo incómodo que estuve en El Cubo teniendo la imagen de mis padres en la cabeza, y resulta que ellos eran parte de todo esto. Se forman pequeños tornados a mi alrededor de una altura de medio metro, aproximadamente. Siento rabia, pero la curiosidad me despierta un sentido que se va abriendo más y más. Empiezan a caer gotas de agua y me levanto de la mata de hierbas, necesito saber qué voy a hacer. Esto es ahora más confuso que antes y no creo que tenga ninguna oportunidad para elegir, según mis padres estaba destinado a ser un distorsionado.

Tengo el Infine en el bolsillo, lo recogí del suelo antes de bajar las escaleras enfurecido y salir de casa dando un portazo. Estaba muy enfadado en ese momento y sinceramente, ni si quiera sabía el porqué. Mis padres tampoco es que tengan la culpa de nada. Simplemente trataban de proteger a la comunidad.

Antes de salir cogí la mochila que contenía el otro infine, el que robé en la tienda. Lo saco y lo sujeto con las dos manos, acariciando sus laterales... Todavía no he abierto ninguno de los dos infines desde que los conseguí. Paso la mano por la parte superior del que robé, e indeciso, lo abro.


Distorsionados [Editándose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora