Axel vuelve a salir por la puerta, pero viene acompañado: Calvin.
- ¿Qué vas a hacer, James?
- Calvin, necesito ir a ver a Kirra. Ella tiene que saber algo sobre cómo volver al pasado o verlo de nuevo.
- ¿Volver al pasado?
- Necesito ver mis recuerdos... Calvin, necesito saber qué le pasó a mis padres. La ecálida... Erik estaba allí cuando ellos también desaparecieron, y el infine 101 quizás tiene alguna información sobre ellos.
- Lo siento, pero no puedo dejar que hagas eso. La fiesta empezará en poco tiempo y tengo que presentarte a varios líderes de otras secciones. Tienes que quedarte.
- No... Espera. No puedo. Calvin. Esta podría ser la solución del año Réditum.
Le miro a los ojos. Él aparta la vista pero cuando lo hace asiente.
- Está bien. Puedo dejarte una hora. Sólo una. Aprovéchala.
Vuelve a mirarme a los ojos. Su pelo fijado hacia atrás con laca desprende un olor, posiblemente se lo ha hechado hace poco.
- Voy con él - Dice Axel.
- No, Axel ya has hecho demasiado. Gracias por todo. - le digo acercándome a él.
- Decididlo vosotros. -Dice Calvin volviendo al Cubo. - Recuerda, James. Una hora.
Asiento y Calvin desaparece por la puerta.
- James. Tengo que ir contigo.
- No. Yo empecé esto solo, y asi debe acabar. Gracias.
Axel se acerca y se quita la mochila. Saca las zapatillas y un teleportador de ella y despues me da un abrazo. No el típico abrazo de dos segundos, más bien uno de esos largos que te transmiten todos los sentimientos de esa persona que te toca. Se separa y queda las manos apoyadas en mis hombros.
- Buena suerte, James.
Me suelta y se va por la luminosa puerta que se desliza hacia los lados, como si se lo hubiese tragado. Y ahí estoy yo, contemplando el Cubo en mitad del bosque, con un par de zapatillas viejas en la mano derecha y un objeto tecnológico que jamás hubiera sabido utilizarlo, de no ser por mis padres, los que desaparecieron, los que hicieron que yo perteneciese a todo esto y los que de alguna manera me conectaron con ellos, con todos ellos. Con Calvin, Lucy, Emma, Geraldine, Axel, Dave, Caroline y Miles.
Ando por el bosque. Hace frío y a cada paso que doy suena un chasquido de algún que otro palo que se ha partido en dos. Las troncos de los árboles son muy gruesos y sus ramas fuertes, que se balancean con lentitud hacia los lados gracias a las corrientes de aire. Un fuerte escalofrío me recorre el cuerpo. Cuando las luces del Cubo no pueden traspasar el bosque, paro de caminar y cierro los ojos. Escucho como las hojas bailan a varios metros de mi cabeza y enciendo el teleportador. Lo dejo en el suelo y un pequeño haz de luz azul sale de él. Me pongo las zapatillas y me alejo un poco del transportador. Respiro, contengo el aire en mis pulmones y empiezo a correr soltándolo poco a poco, todavía con los ojos cerrados. Noto cómo cada pequeña parte de mi cuerpo se disuelve en la atmósfera, noto el cambio de temperatura de una zona a otra, y la densidad del aire.
Estoy en la calle, que está iluminada por varias luces encendidas procedentes de bares y establecimientos. Como siempre, todo parece estar lleno de vida excepto la tienda de Kirra Springheel. La señal oxidada y el escaparate lleno de telarañas contrasta mucho con las demás tiendas, que están decoradas lujosamente con luces y árboles de navidad. Me acerco a la puerta y esta vez, la señal de Abierto - Cerrado no está. Antes de entrar apago el teleportador y lo guardo en la mochila, la misma en la que llevo los dos infines, como siempre. Cuando levanto la vista Kirra está enfrente de mí.
- Ya sé a lo que has venido. - Dice sonriendo.
- Kirra... Que susto.
- Estás en peligro, muchacho.
- ¿En peligro?
Me mira y da unos pasos hacia atrás ofreciéndome que pase por la puerta de la tienda. Andamos hasta el hueco por debajo de la cortina y me pide que me siente en uno de los sillones polvorientos.
- Kirra. La última vez que estuve aquí sacaste una ecálida, pero era más fuerte. Averiguaste el nombre del dueño de este infine y ahora quiero saber que le pasó, quiero saber qué es lo que recuerda el infine y saber que le pasó a mis padres aquella noche.
- La ecálida estelar. Si... Podríamos intentarlo pero me temo que ese infine es demasiado fuerte para mostrar sus recuerdos.
- Aún así hay esperanza. ¿No?
Kirra se levanta y saca la ecálida cristalina de uno de los cajones. Sólo con tocar la superficie de la mesa, la ecálida se ilumina. Una ranura con la forma de un cuadrado se activa y saco el infine de la mochila. Me aseguro de que es el infine 101 y lo coloco dentro de las cuatro líneas. La habitación está totalmente oscura salvo por dos velas y la luz que sale de la ecálida. Entonces el holograma se activa.
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Distorsionados [Editándose]
Ficción GeneralHace millones de años cuando el sistema solar se creó, una inmensa generación se desarrolló de forma paralela a los humanos. También son humanos, pero están alterados genéticamente. James nació uno de los días oscuros y más que nunca, la confusión l...