4. Eclipse

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Viernes. 16 de diciembre.

Salimos de la cafetería. Abro el paraguas para cubrirme de la fina lluvia que cae. Violet no me ha contestado, ni ha recibido ninguna de mis llamadas. No sé nada de ella.
Pasamos por delante de nuestra casa y tardamos cinco minutos en llegar a las escaleras oxidadas del viejo puente de piedra. Subimos a la estación de tren y nos sentamos en los bancos, a pesar de que están algo oxidados. Los demás bancos están alojados por la lluvia.
Observo a la gente del andén. Una figura con capucha consigue llamar mi atención, pero justo cuando me dijo en el desconocido toda la gente se pone en pie y las vías comienzan a vibrar.

Me pongo los auriculares confundido, pensando en el extraño que ha subido a uno de los vagones. Esperamos a que el vagón frene para abrir sus puertas.
El tren trae consigo una leve brisa que me hace subirme la cremallera de la chaqueta hasta el cuello.
Cuando entro me siento justo al lado de la ventana, mi sitio favorito. Al entrar, consigo reconocer a algunos de los pocos estudiantes, que asisten a los últimos días de clase todavía algo adormilados. Observo los árboles, que empiezan a pasar por la ventana con lentitud hasta que el tren avanza y coge velocidad poco a poco.
Olive está sentada frente a mí, al lado de Ellie. Es guapa, tiene una piel muy pálida pero favorecedora y el pelo trenzado. Siempre me ha atraído algo en ella, pero es demasiado pequeña para mí.
Escucho música durante unos quince minutos antes de llegar a Mountains y nos bajamos del tren. Recuerdo viajar mucho en tren cuando vivía aquí. Ir a la ciudad era la típica excusa para poder viajar en tren a toda velocidad por los bosques.

El tren frena de forma brusca, y cuando las puertas se abren, una ráfaga de aire me despeina. Bajamos el escalón del vagón y por un momento me siento como si fuese uno de los estudiantes que van a clase. Ando por el andén hasta poner el pie en unas escaleras mecánicas que nos llevan a la registradora de placas por la que deslizo la mía. Las placas son unos dispositivos creados para el ciudadano que utilizamos prácticamente para casi todo en la ciudad. Sirven para registrar dinero, comprar, asistir a clase, pedir libros prestados en la biblioteca, o también como tarjeta médica o pases de transporte. Básicamente es como una identificación que registra todo lo que haces. Todo empezó hace unos dos años, el gobierno ordenó que se le asignase una placa a cada ciudadano mayor de diez años. A veces me asusta la idea de que el gobierno esté involucrado en una especie de vigilancia masiva, pero si lo hacen por seguridad supongo que será por el bien de todos.
Ando por las calles de Mountains tras un año de impaciente espera. Siempre me han llamado la atención sus edificios altos, antiguos, pero bastante altos para el tiempo que llevan en pie. Mi padre me contó que ésta ciudad la fundó el Imperio Romano, y que fue denominada "Montanus"cuando la fundaron, pero todo se ha ido perdiendo a lo largo de los años. Ya solo quedan ruinas.

Ellie y Olivia siguen hablando de sus cosas mientras Phil y yo caminamos por nuestra cuenta hacia el instituto. Venir aquí está siendo increíble porque si soy sincero estoy cansado de vivir siempre lo mismo una y otra vez. Todas las semanas en Daredale son iguales. Eran.
Estoy cansado de la monotonía de las cosas, de que la mayoría de la gente actúe como si fueran un rebaño de ovejas, una detrás de otra, siguiéndose sin saber que hacer o haciendo cosas por moda sin hacer realmente lo que les gusta. Cuando estoy aquí me siento como en casa. Ésta es mi casa.

Cuando llegamos a la puerta del instituto no puedo evitar pararme a observar la fachada blanca y mirar hacia arriba, hacia todas las ventanas, donde se refleja el cielo gris. Recuerdo que cuando estudiaba aquí solía llamarlo el "edificio de cristal".

Respiro profundamente y deslizo la puerta principal. Tras andar por varios pasillos me fijo en que hay cerraduras digitales que no se abren a no ser que pases tu placa. Supongo que lo utilizarán para poner falta, o controlar si los alumnos se saltan las clases. Me parece demasiada vigilancia en cierto sentido.

Distorsionados [Editándose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora