𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 9

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Kamila Stuart

Bebo de mi trago de un golpe dejando el vaso contra la barra. Habia bajado al bar del hotel para poder despejar mi mente

Han pasado unas horas desde que llegamos al hotel y no he podido olvidar lo que paso en esa oficina. Luego de una ducha larga, baje al bar a tomarme un trago y despejar mi mente por al menos un rato.

Mañana volveria a Los Angeles a medio dia y ansiaba ver a mi hija. Llame a Valentina para saber que tal estaba Emilia. Ella andaba activa y contenta, eso me mantenia tranquila ya que estaba mejorando.

—¿no crees que es demasiado temprano para emborracharse?—pregunta una voz ya reconocida para mi

Miro a mi lado sin ganas encontrandome a Mattheo quien estaba apoyado en la barra. Sus ojos azules me examinan sin ningun pudor quedando en mis piernas desnudas por mi falda. ¿Casualidad? Lo conoci en falda y ahora estaba frente a el nuevamente en una falda.

—soy joven y no tengo nada mas que hacer—mi voz sale cansada—. ¿Quieres que vaya de compras como esas señoras anticuadas?

Suelta una risa ronca que me hace presionar mis piernas. El lo capta y eso hace que su sonrisa se ladee. Idiota

—dame un Whisky—pide Mattheo al barista

El chico asiente y en un vaso de cristal pone unos cubos de hielo y luego abre una botella de Whisky costoso para despues entregarsela. Mattheo se inclina hacia mi y bebe trayendome un recuerdo.

Inclina su vaso hacia mi antes de llevarlo a sus labios para darle un trago y la manzanita de Adan se mueve en au garganta por aquella accion.

Dios necesitaba alejarme de este hombre o terminaria igual que hace unos años atras. Embarazada por segunda vez y mi prioridad no era un embarazo ahora mismo. Si no Emilia y su cancer.

Bebo de mi bebida y miro los cubitos de hielos mientras que Mattheo se pone a mi lado en silencio. No era incomodo pero si raro.

—cuentame de ti—pide

Lo miro de reojo y bufo divertida. ¿Esto era enserio?

—no bromeo. Dime mas de ti. Apenas se que tienes veintitres

—tengo una hija—murmuro mientras relamo mis labios—. Una hermosa niña de cuatro años

El se sorprende por mi confesion y estaba claro que eso no lo esperaba. Nadie esperaba esa respuesta de mi parte ya que era joven.

—¿una hija de cuatro?

—si—asiento—. Ella es hermosa, un verdadero angel. Su energia y manera de sonreir te alegran el dia en cuestion de segundos

—¿madre soltera?

Asiento con una presion en mi pecho y miro a Mattheo. Si le hubiera dicho todo de un comienzo. ¿Emilia estaria en el hospital ahora mismo? ¿Estariamos aca sentados?

—su padre no lo sabe. Jamas le dije

—¿por que?—se interesa

—no queria nada de el—miento

—¿tus padres?

—padres—bufo—. ¿Son tus padres si te corren de casa?

No responde y al mirarlo me miraba fijamente buscando alguna debilidad en mi. Dolia aun eso pero aprendi a sobrellevarlo.

—les conte cuando tenia solo veinte semanas de embarazo—comienzo—. Mi embarazo empezo a notarse y sabia que debia de soltar la bomba, asique una tarde luego de mis clases les dije. Ellos me gritaron por dos horas la decepcion que era y que no se esperaban esto de mi. Luego me hecharon de casa. Dijeron que si queria volver debia de deshacerme de mi hija y luego volver. Ellos no querian ser el hazmerreir del vecindario y mas cuando les dije que el padre de mi hija no tenia ni idea y que no sabia practicamente nada de el—me desahogo—. Vivi durante dos meses con Valentina mi mejor amiga y luego me mude un piso pequeño de mala muerte donde crie a mi hija.

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗗𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora