𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 44

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Kamila Stuart

02:28am

Abro los ojos molesta ante el calor que hacia en la habitación. Era un completo infierno estar durmiendo así.

Aunque no solo era el calor del ambiente si no que uno corporal y lo conocía perfectamente. Suspiro ligeramente mientras retiraba las sábanas de mi cuerpo. Busco una posición cómoda y tratar de seguir durmiendo pero el cosquilleo en mi cuerpo y sobre todo en mi coño era algo que me mantenia despierta.

Gruño molesta y miró a Mattheo que dormía a mi lado, estaba demasiado relajado como para levantarlo y que me atienda en mi embarazo que se ha vuelto algo hormonal.

Bufo mientras me pongo de pie y camino al baño, enciendo la luz y cierro la puerta tras de mi. Necesitaba saciar mis ganas y asi dormir más relajada.

Meto mi mano entre mi pantalón de pijama y mis bragas adentrandome a mi zona íntima. Acaricio mi clitoris suavemente y tomó una bocanada de aire. Debía de ser silenciosa y no despertar a Mattheo.

Muerdo mi labio inferior mientras estimulaba mi clitoris suavemente, el placer me rodeo y el calor en mi cuerpo aumento, poco a poco sentí la humedad en mis yemas e ingreso un dedo en mis pliegues vaginales bombeando mi entrada. Ahogo un gemido mientras me aferraba al borde del lavado.

Suelto un pequeño jadeo al ingresar un segundo dedo y con mi pulgar sigo frotando mi clitoris, separo un poco más mis piernas y bombeo con más rapidez mi entrada provocando tension en mi cuerpo.

Apoyo mi rostro contra mi brazo sacando suave gemidos, el calor aumento y mis piernas empezaron a temblar advirtiendo la pérdida de equilibrio que iba a sufrir por el orgasmo que se acumulaba en mi.

Muerdo mi labio con más fuerza y el calor en mis mejillas aumento aun más, pero todo es interrumpido cuando tocan la puerta del baño. Evito soltar una maldición e inhalo profundamente.

—¿si?—pregunto

—¿que haces a esta hora en el baño?—me dice Mattheo con una voz somnolienta y ronca que me enciende aun más—. Son pasada de las dos y treinta de la madrugada

—quería orinar—miento. Joder vete a la cama y duérmete Mattheo

—¿y tanto has tardado?—inquiere

—si—respondo

No dice nada más pero oigo la perilla de la puerta ceder, quito la mano de mi zona y me apoyo en el lavado con las manos contra mi espalda. Mattheo entra con el pantalón de chándal y el torso descubierto aumentando mi apetito sexual.

—¿que hacías?—inquiere

—ya te dije, orinaba—se acerca a mi

—ya—asiente y queda frente mi cuerpo, ladea la cabeza y sonríe de lado.

—¿que?

—mejillas sonrojadas, labios mordisqueados—toca mi labio inferior—pupilas dilatadas y mirada brillosa. ¿Crees que no se cuando mi mujer está excitada?—me pregunta

—no lo estoy—rebato

—lo estas—afirma seguro—. ¿Te estabas tocando nena? No es bueno que no me invites a formar parte de aquello

—no lo estaba haciendo—miento

—muéstrame tus manos—pide

—¿por qué?—pregunto

—Kami...

A malas le muestro mis manos y confirma sus sospechas. Evito toparme con su mirada pero me toma de la barbilla y me obliga a mirarlo.

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗗𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora