𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 30

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Kamila Stuart

—no puedo creer que estes embarazada—dice Valentina tras de mi

—no lo estoy—digo pidiendo que eso sea verdad

—¿entonces que hacemos aqui?—señala la farmacia

—para sacarnos de la duda—murmuro caminando por los pasillos

—¿duda? No creo que haya alguna duda si acabas de decirme en el auto que notaste que tu periodo no baja desde Diciembre. Joder son casi tres meses Kamila

—quizas sea un atraso normal. Me sucedio varias veces.

—una de ellas paso y semanas despues notaste que Emilia estaba en tu barriga—me recuerda Valentina

Niego llegando a la seccion femenina, camino lentamente con los nervios a flote. Joder el hecho de hacerme la prueba ya me ponia de mal estado, ¿que seria con el resultado?

Llego frente a las pruebas de embarazo y rasco mi nuca sin saber muy bien cual tomar. Siempre la prueba barata era la cual daba resultados falsos y no deseaba eso ahora mismo. Hace años atras compre la mas economica y barata, el resultado me dio negatico y creanme que ese negativo no era para nada verdadero. Miro las mas actualizadas y que claramente eran de mejor calidad.

—toma una de cada una—me dice Valentina

Suspiro mientras agarraba cuatro pruebas de embarazo, caminamos a la caja y la cajera nos sonrie amablemente mientras pasaba los codigos de barra por la caja.

—serian doce dolares con sesenta y seis.

Le doy el dinero solicitado y tomo la bolsa entre mis manos antes de girarme sobre mis talones y con Valentina salir hacia mi auto.

—¿que haras si sale positivo?

Freno de golpe a unos cuantos pasos de mi auto y miro a mi amiga.

—¿debo de buscar un te de ruda?—sugiere

—¿¡que!?—me altero—. Joder no Valentina. No soy tan mala como para matar a un feto.

—solo sugeria Kamila. Estas asustada

—claro que lo estoy—camino a mi auto—. Me aterra estar otra vez embarazada, ¿que pasa si no lo desea? Ni siquiera somos una pareja joder.

—pero han tenido sexo y una hija

Me pongo tras el volante y lanzo la bolsa a la parte trasera.

—no podria tener a un bebe en plena guerra. No quiero que lo maten si llega a salir un positivo—confieso

—¿huiras?

Relamo mis labios apoyandome contra el asiento sin siquiera encender el motor del auto. Miro a Valentina

—creo que lo amo—susurro—. Y ella lo ama demasiado como para alejarlo nuevamente. No seria capaz de dejarlo por mas que el me obligara hacerlo.

••••••••••••

Entramos a mi antiguo piso y Valentina cierra la puerta tras de ella. Dejo la bolsa sobre la mesa mientras miro el lugar que ha sido mi hogar los ultimos casi cinco años.

Me sorprendia el como mi vida cambiaba poco a poco. Jamas crei ni desee tener una hija, siempre los niños me causaron dolor dr cabeza y malhumor pero no podia negar que mi hija no era la excepcion. Los primeros meses fueron horribles entre llantos y un sueño demasiado corto que habia tenido. Emilia siempre habia sido una niña que exigia la atencion y siempre me encargue de darsela, siempre fuimos ella y yo.

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗗𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora