𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 15

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Kamila Stuart

Aparco fuera de la casa de mis padres, suspiro nerviosa. Llevaba cinco años sin verlos y no sabia como reaccionarian al verme.

Salgo del auto y camino hacia la puerta pasando el antejardin. Subo las pequeñas escaleras y toco la puerta varias veces. Muerdo mi labio inferior nerviosa y la puerta se abre dejando ver la silueta de mi madre. Ella me mira sorprendida con sus ojos verdes. Los mismo que yo tenia.

—hola mamá—le digo

—Kamila—dice mamá

Paso saliva y suspiro

—¿puedo entrar?

Asiente dejandome pasar a la casa en la cual creci. Cierra la puerta y llevo un mechon de cabello detras de mi oreja. Ella me mira fijamente sin decir nada.

—¿esta papá?—pregunto

—esta en la sala—señala

—bien. Necesito hablar con los dos. Es urgente

Unos minutos despues estabamos los tres sentados en la sala. Miraba mis manos mientras que el silencio tenso reinaba la habitacion. Suspiro

—hace cuatro años nacio Emilia. Una hermosa niña de cabello pelinegro y ojos azules claros, una niña loca para ser tan pequeña y bastante defensiva—empiezo—. Hace un año y medio se le diagnostico Leucemia, ha estado en quimioterapias por todo este tiempo pero hace unos meses terminamos en el hospital porque su cancer estaba avanzando y dejandola debil. Las quimios no ayudaron mucho—la voz me tiembla—. Hace unas semanas empezo a mejorar pero el sabado empeoro y me dijeron que le quedaba poco tiempo, quizas semanas o dias, solo un trasplante de medula osea la ayudaria a recuperarse–miro a mis padres con los ojos aguados—. No les pido dinero ni nada de eso solo su medula para que ella se salve, solo tiene cuatro años y es mi niña. Es mi hija y mi familia, no puedo dejarla ir asi como asi

Papá solo me mira friamente y mamá solo tenia una mueca en su rostro. Papá bufa y me mira

—olvidalo. No ayudare a tu bastarda—dice

—¡es tu nieta!—alzo la voz

—¡esa niña no es mi nieta!—declara—. ¡Ni tu mi hija! Asique puedes ir a llorarle a otra persona que me importa bien poco lo que le suceda a ambas

—¿¡no te interesa que ella se muera!?—le grito

—¡no porque es una maldita bastarda que nacio porque andabas de zorra por ahi!—me grita—. ¡Pidele ayuda a su padre! Pero claro, quizas ni sepas quien es porque andabas de zorra.

—¡No tengo tiempo para buscar a su padre!—le miento—. ¡Necesito de tu puta ayuda! ¡Solo por esta vez en tu jodida vida actua como un padre y ayuda a tu hija con tu nieta!

—tu no eres mi hija—gruñe—. Dejaste de serlo cuando aceptaste tener a tu bastarda.

—fue un error venir—digo poniendome de pie. No me quedaria mas ahi escuchando como trataba a Emilia de bastarda y hablaba mal de ella—. ¿Sabes papá? Quizas tuve la ilusion de que me ayudaras y aceptaras a Emilia pero veo que no lo haras. Cuando ella pregunte por ti le dure quien en verdad eres, alguien que la desprecio sin conocerla y la tacho de bastarda. Ojala pagues por esto y tu mamá—miro a mi madre o si se podia llamar eso—eres igual a el. Espero que te arrepientas de esto y cargues con la culpa de no haber ayudado a tu nieta.

Camino a la puerta y salgo dando un portazo. Me subo a mi auto y enciendo el motor para pisar el acelerador y largarme de ahi. Jamas tuve que haber ido a pedirle ayuda.

•••••••••

Le doy la comida a Emilia. Ella habia amanecido sin ganas de poder moverse y su cuerpo le dolia. Le habia dado un baño y dejarla en la cama. Valentina haba preparado un caldo para ella y se lo agradeci por haberme estado ayudando.

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗗𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora