𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 40

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Kamila Stuart

—¿que te parece si vamos por una cajita feliz?—pregunta Mattheo a mi lado

Emilia lo mira y solo niega sin ánimo de nada.

—no quiero papi—dice antes de girar su cabeza hacia mi cuello.

Hago una mueca mientras acariciaba su espalda, los días fueron pasando con mechones cayendo de la cabeza de mi hija y tuve que quitar todo su cabello evitando que se torturara aún más aunque no sabía que era mejor, raparla y romperle su corazón o ver como lloraba cada vez que la peinaba o pasaba los dedos por su cabello.

Emilia estaba sumamente desanimada, paso de ser la niña feliz, gritona y parlanchina a ser una niña sin ánimos y sumamente pegada a mi y Mattheo.

Mattheo trataba de subirle el ánimo proponiendole planes entre nosotros tres pero era inevitable que alguno la entusiarmara.

—¿no quieres ir a trabajar conmigo?—propone Mattheo

—no papi—niega Emilia

—¿por qué no? Podemos hacer lo que desees

Aun así Emilia negó nuevamente y tomó una bocanada de aire, miro a mi hija fijamente.

—¿y si acompañamos a papi al trabajo? Podemos hacer algo divertido

—no quiero mami—niega

—vamos, acompañemoslo—insisto

Emilia no responde, hago una mueca y me pongo de pie con ella en mis brazos, Mattheo me dio una mirada de desaprobación ya que el médico me había dicho que no podía cargar a Emilia por el embarazo.

Lo ignoro y subo a su habitación, al estar en ella la dejé en la cama y me acerco al armario sacando algo de ropa abrigadora. Necesitaba que mi hija se despejará un poco

Le cambio la camisa a uno de manga larga y le coloco una sudadera, Emilia me mira y acaricio su mejilla.

—acompañemos a papi, ¿acaso no te gustaba que fuera sólito al trabajo?

—no quiero ir mami—me dice

—¿por qué no?

—soy feita ahora—se tira en su cama

—no eres feita mi amor, tu eres una preciosura aunque eso quede pequeño para ti

—no es cierto mami, soy feita porque no tengo cabello.

—mi amor—tomo su barbilla suavemente—. Eres hermosa con o sin cabello, nadie debe de hacerte creer lo contrario. Tu eres una niña preciosa la cual no depende de lo que digan los demás, ¿desde cuando te ha importado lo que dicen los otros niños? ¿Acaso no eres igual a papi?

—papi tiene cabello y tu igual

—¿y eso que? No por tener cabello somos hermosos

—soy feita mami—asegura

—no lo eres mi vida, eres hermosa—beso su mejilla—. Tu eres mi pequeña diosa.

Emilia no dice nada, la bajo de la cama y acomodo mejor su ropa.

—vamos con papi, quizás podamos comer papitas

Emilia asiente aún sin ánimo, tomo su mano y bajamos juntas al primer piso, Mattheo revisaba algo en su celular.

—estamos lista—le aviso

—vamos entonces

Agarro mi chaqueta a la vez que Mattheo toma unos papeles para luego salir de la residencia juntos, caminamos al auto. Dejo a Emilia en la parte trasera del coche y me pongo en el asiento del copiloto.

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗗𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora